De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las infecciones del tracto urinario son un serio problema de salud que afecta a millones de personas en el mundo cada año, tanto a hombre como a mujeres.Estas son muy frecuentes y solamente son superadas por las infecciones respiratorias. En 1997, las infecciones del tracto urinario suponían, aproximadamente 8,3 millones de visitas a las consultas médicas.
Por lo general la infección urinaria tiene una presentación atípica en las personas mayores, de manera que las manifestaciones más frecuentes pueden no aparecer o estar “enmascaradas” o suprimidas por la presencia simultánea de otro padecimiento o enfermedad de aparición frecuente en la etapa de la vejez.
Así, puede estar ausente: el ardor o dolor con la micción (al orinar), aumento en la frecuencia de micción, o dificultad para iniciarla, puede haber ausencia de fiebre o escalofríos, presentándose más bien un cuadro de ataque al estado general, inapetencia, incontinencia, confusión y deshidratación, por lo cual se debe de tener en cuenta siempre esta posibilidad diagnóstica al atender una persona mayor.
La orina puede tener aspecto turbio y olor desagradable. Las pruebas de laboratorio confirman el diagnóstico.
Las infecciones urinarias son muy frecuentes y existen circunstancias que favorecen las contaminaciones de orina, como la existencia de obstrucción urinaria, disfunción de la vejiga por lesiones nerviosas, el reflujo desde la vejiga a los uréteres y factores genéticos.
¿Qué hacer?
Entre las recomendaciones para evitar las infecciones del tracto urinario figura beber abundantes líquidos, evacuar siempre que tenga ganas, evitando contenerse las gana de orinar, usar ropa interior de algodón además de tener un aseo higiénico diario.
Ciertas personas tienen mayor probabilidad de desarrollar infecciones de las vías urinarias. Las mujeres tienden a desarrollarlas con más frecuencia, debido a que su uretra es más corta y está más cerca del ano. Las personas con diabetes y los adultos muy ancianos (especialmente aquellas que viven en asilos) también tienen mayor probabilidad de desarrollar estas infecciones con más frecuencia.
Los envejecientes tienen mayor riesgo de presentar estas infecciones porque su vejiga no se vacía por completo, debido a ciertas enfermedades de la vejiga y la próstata. En todos los casos, es importante recurrir a la asistencia médica a cualquier unidad de salud, para que el paciente sea valorado y sometido a tratamiento para su recuperación.
El tratamiento
La solución, en todos los casos, se realiza mediante tratamiento antibiótico. En el caso de infecciones aisladas, no recurrentes, sin otros síntomas que hagan sospechar la existencia de complicaciones o la afectación de las vías urinarias superiores, el tratamiento con monodosis o las pautas de tres días de tratamiento pueden ser suficientes, dependiendo del antibiótico prescrito. En infecciones de repetición, pueden requerirse tratamientos más prolongados, y la comprobación mediante urocultivo de la curación, o incluso la recomendación de pautas de tratamiento profiláctico (preventivo), en personas con sonda urinaria, o en casos de infecciones de repetición asociadas al coito.
¿Por qué afectan a los hombres?
Las infecciones urinarias en los hombres provienen generalmente de una obstrucción, por ejemplo, una piedra en los riñones o una próstata agrandada o de un procedimiento médico que implique un catéter. Generalmente, los doctores recomiendan una terapia más larga en los hombres que en las mujeres, para prevenir una prostatitis.
