Ayer inició formalmente la mudanza hacia La Nueva Barquita. Más de 20 familias, de un grupo de 1,400, empacaron sus maletas para empezar una nueva vida lejos del peligro que les representó vivir a orillas del río Ozama. La mudanza inició a las 6:00 de la mañana. La Unidad Ejecutora para la Readecuación de La Barquita y Entornos (Urbe) contrató los servicios de mudanza y acarreo de varias empresas para este traslado.
Las personas eran trasladadas en minibuses. Mientras los enseres del hogar y otras propiedades eran llevados en camiones al proyecto habitacional, ubicado en La Javilla, Santo Domingo Norte.
Nicolás Bonavides, dirigente comunitario de La Barquita, Santo Domingo Este, consideró que ha sido grato el tratamiento dado a las personas en el proceso de mudanza.
Tras 29 años residiendo en La Barquita, Julio Nicanor Rosario partió ayer hacia su nuevo apartamento. “Esto es un cambio del cielo a la tierra”, expresó con emoción.
María Reyes llegó a La Barquita cuando tenía 13 años. Allí procreó sus hijos. Y en sus 43 años, se prepara para vivir un estilo de vida diferente. Agradeció al presidente Danilo Medina por la decisión de hacer un proyecto pensado para garantizar mejor calidad de vida a 1,400 familias que vivían en condiciones inhumana. Nelson Camilo, quien forma parte del comité coordinador de mudanza de Urbe, reiteró que diariamente se mudarán entre 20 a 30 familias. Explicó que el traslado podría durar hasta tres meses.
Buen comportamiento
Indicó que los beneficiarios han mostrado un comportamiento ejemplar en el proceso de mudanza. Inmediatamente se realiza el traslado de las familias, las casas son demolidas, para evitar que sean ocupadas nueva vez. Como parte de un plan piloto, para poder detectar cualquier anomalía en las mudanzas, el mes pasado fueron trasladadas 20 familias a La Nueva Barquita.
Bloquean acceso a la prensa
Periodistas de diferentes medios fueron impedidos de observar la llegada de los beneficiarios hacia sus nuevos hogares, debido a que dos militares de la Fuerza Aérea no les permitieron entrar, argumentado que cumplían órdenes. El 30 de mayo, cuando mudaron las primeras siete familias, varios militares también fueron apostados en el mismo lugar, impidiendo el acceso a los periodistas, sin ofrecer explicación.
