Los muchachos que eran retornados al centro tras el intento de fuga eran tres y habían sido llevados por las autoridades de lugar a un hospital para recibir atenciones médicas. Allí fueron curados de las heridas en la cabeza y las piernas que supuestamente les habrían propinado los custodios para repeler su rebeldía.
Aunque reporteros de El Caribe estuvieron en el lugar de los hechos en el momento en que retornaban los menores al penal, ninguno de los agentes ofreció declaraciones y solo se limitaron a decir que esto pasaba con mucha frecuencia. Ayer también se trató en vano de contactar a la magistrada Antia Beato para saber detalles del nuevo conflicto.
El Centro de Corrección y Rehabilitación se ha vuelto vulnerable a las fugas, motines y a los enfrentamientos, y desde el 2009 a la fecha suman 31 los que se han escapado, aunque la mayoría han sido reapresados o regresados por sus familiares.
También dos adolescentes murieron calcinados durante el fuego que provocaron al quemar varios colchones. En aquella ocasión, las autoridades atribuyeron las constantes huidas de los adolescentes a la vulnerabilidad de la verja, pero luego de elevarla e incrementar la vigilancia, éstos siguen escapando, aunque lo de ayer fue solo intento que tuvo como reacción el castigo a golpes.
Los responsables también atribuyeron las deficiencias del centro a la falta de presupuesto para la realización de mejoras en la infraestructura que han sido recomendadas por comisiones designadas que han investigado los casos de fugas.
