Intervencionismo de nuevo cuño

Desde la década de los setenta, durante la administración de Jimmy Carter, Estados Unidos empezó a modificar sus protocolos de acción para influir en los gobiernos en el mundo. Junto con la política de universalización de los derechos…

Desde la década de los setenta, durante la administración de Jimmy Carter, Estados Unidos empezó a modificar sus protocolos de acción para influir en los gobiernos en el mundo.

Junto con la política de universalización de los derechos humanos, cobró vigencia otro paradigma: el desconocimiento de los gobiernos que no fuesen el resultado de la elección popular. Naturalmente, que los procesos electivos tenían que ser a conveniencia de los intereses de esa nación.

Consecuentemente, los programas de apoyo al desarrollo de sus agencias cambiaron de orientación. La promoción de los valores democráticos desde la perspectiva made in USA lo guiaba todo. Las agencias accionaban en esa dirección y los proyectos y financiamiento empezaron a tener otros destinatarios: movimientos de participación de ciudadanía o instrumentos de difusión y apoyo de la democracia.

La expansión del Internet, a la par de la globalización, trajo consigo el recurso de los medios virtuales con propósitos políticos. La llamada Primavera Árabe fue un ejemplo. Lastimosamente para la política exterior norteamericana, las acciones contra determinados gobiernos no dejaron los mejores resultados y después de la desestabilización vino el caos o la guerra civil.

Las revelaciones de Edward Snowden vinieron a confirmar cómo el uso de las tecnologías de la información forma parte de la guerra de baja intensidad y el espionaje a que recurre Estados Unidos contra países amigos o enemigos.

Por todo ello, a nadie extraña la revelación de la Associated Press de que el gobierno de Barack Obama creó una red social destinada a socavar al gobierno de Cuba, mediante un circuito de mensajería para miles de cubanos jóvenes orientado a estimular la disidencia y con ella la desestabilización del país.

Viendo estas historias, al margen de las erráticas políticas que adopta el gobierno de Nicolás Maduro, no habría que dudar que se esté estimulando el caos en Venezuela por ese y otros medios.

En todo caso, lo que debe quedar claro en estos países es que ningún Estado o gobierno está libre de estas vías intervencionistas de nuevo cuño del adorado Tío Sam. l

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas