Irán en América

El gobierno fundamentalista iraní, gente con mentalidades de la edad media, busca aprovecharse de los sentimientos anti-americanos de la izquierda…

El gobierno fundamentalista iraní, gente con mentalidades de la edad media, busca aprovecharse de los sentimientos anti-americanos de la izquierda latinoamericana para mantener su régimen de clérigos musulmanes, sharias y antisemitismos atroces.

Para ello tiene a un grupito de iluminados liderados por Hugo Chávez, el que reparte el petróleo venezolano a su antojo y conveniencia.

Asombra, por la frecuencia, con que la realidad confirma afirmaciones que parecían despropósitos: Chávez está llevando el imaginario izquierdista de los años 60 y 70 a niveles de locura que superan la pesadilla que vivió América con las bases nucleares soviéticas en la Cuba de los hermanos Castro y compinches.

Es obvio que Mahmud Ahmadineyad lo que está buscando es apuntalar su régimen, con pies de amigos como Chávez, ante la inminente condena internacional sobre sus planes nucleares militares.

El sólo imaginarnos a unos fanáticos religiosos con bombas nucleares, gentes que se explotan a sí mismos para matar a otros, con capacidad de aniquilar a la población de Nueva York, incluidos los cientos de miles dominicanos que viven allí, es para tomar partido ante tales locuras.

Los gobiernos latinoamericanos con algo de cordura deberán tomar decisiones y posicionamientos lo antes posible. No se puede estar jugando con cartas tan peligrosas y salir ileso de esa contienda. Dice la BBC que “mientras Ahmadineyad exhibe músculo en América Latina y es recibido con los brazos abiertos por mandatarios como el presidente venezolano Hugo Chávez, quien le abrió las puertas de la región hace seis años, su patio local empeora.”. En Irán la gente quiso salir de ese régimen en las últimas elecciones, pero amañaron los resultados.

Habrá que preguntarles a las izquierdas, progres y demás yerbas, si ellos vivirían en una nación como Irán. Si el mundo que ellos imaginan para sus hijos e hijas es como el mundo islámico o como el mundo occidental. Si prefieren ver morir lapidada a una mujer por conducir un carro o mirar a otro hombre, o si prefieren que sus hijas vayan a la universidad y elijan al esposo que ellas prefieran.

Hay veces que uno no puede imaginar cómo piensa el cerebro de algunos. Preferir el horror, la ignominia, la oscuridad, sólo por mantenerse en ideas de juventud que demostraron estar totalmente equivocadas. Ideas que hicieron, y todavía hacen en Cuba, que el espíritu humano sea aniquilado, hambreado y atolondrado hasta hacerlo un títere de un líder totalizador.

La visita de Ahmadineyad a los países controlados por el petróleo de Chávez, es un ejemplo más de que la locura se ha apoderado de unos cuantos. Se prefiere el holocausto y el horror a aceptar que el comunismo fracasó.

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