La isla mínima

Cine español de lo mejor. La historia de búsqueda y captura de un asesino en serie en un pueblito es la base del filme, pero el telón de fondo es el periodo pos-tiranía franquista (final de los 70). Inteligente decisión que permite una atmósfera&#82

Cine español de lo mejor. La historia de búsqueda y captura de un asesino en serie en un pueblito es la base del filme, pero el telón de fondo es el periodo pos-tiranía franquista (final de los 70). Inteligente decisión que permite una atmósfera opresiva y buen suspense. Todo está en su lugar, nada grita más alto que los demás elementos: el guion, la puesta en escena con excelente dirección de arte, actuaciones empáticas, música esencial, fotografía acogedora, ambiente que se pega a la memoria. Por supuesto, el final previsible se salva con la introducción de un elemento sorprendente que nos hace “devolver” el filme en la mente y que es la respuesta a un montón de pistas que nos dan respuestas de la conducta sociópata de uno de los dos policías detectives que llegan al pueblito desde Madrid. La trama juega con la topografía –una marisma– en que se desarrolla la historia y que sin ella sería cuesta arriba esa trama, porque es que con ese espacio singular –como un personaje– en cada escena y en cada secuencia evoluciona con tanta naturalidad que desconcierta y no te hace despegar hasta el final. En el caso de los personajes, al ser una edición con un montaje trepidante y agotador, no se permite desarrollarlo suficientemente más allá del ritual prudente. Esos redoblantes exegéticos en un filme pueden ralentizar un ritmo impetuoso y desesperante, donde solo hay tiempo para presentar nuevos elementos que encandilen el interés del público. Eso ya está reservado para aplicar debidamente en tv. En el cine con interés comercial, el tratamiento maniqueo se hace casi imperativo como el caso. Viene así a cuenta el empleo de la sordidez en los personajes y los conflictos que se le presentan en cada escena, pero siempre como pinceladas, nada de averiguar de dónde viene tal cosa o qué lo provoca; cada nuevo elemento visual lleva a deducir sin convenciones explicativas. Nada de sucesos colaterales o transversales, va al punto con personajes-tipos enérgicos y categóricos. Incluso eso de los dos detectives pudo haber sido uno solo, pero me es obvio que la reserva que necesitaba para el twist del final ameritaba esa duplicidad de personajes que parecen un espejo uno del otro y que, al mismo tiempo, es el significante ideológico del filme. 
HH Género: Thriller neo-noir.
Duración: 105 minutos.

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