El Jiu-Jitsu Brasileño conocido por sus siglas en inglés, como BJJ Brazilian Jiu Jitsu, es un arte marcial con origen en las técnicas del Jiu-jitsu y Judo japonés. Se hizo famoso en Brasil de la mano de la familia Gracie, hace más de 70 años y se especializa en la lucha en el suelo sin golpes, siendo el objetivo principal lograr una posición de control sobre el oponente hasta conseguir su rendición.
Este entrenamiento es más riguroso que muchas otras artes marciales, debido a su naturaleza intensamente física de ataque. Una sesión típica incluye entrenamiento cardiovascular, estiramientos, trabajo de respiración y un trabajo de resistencia, este último se deriva de trabajar con un oponente que se resiste a tu tamaño.
La práctica de este deporte también brinda flexibilidad, seguridad, auto confianza, incremento de la fuerza, la coordinación y condición física en general, además de ser un excelente ejercicio para mantener sano el corazón.
Rilion Gracie, hijo de Carlos Gracie, fundador de Gracie Jiu Jitsu, brasileño, y quien recientemente abrió en República Dominicana la escuela Rilion Gracie Jiu Jitsu Academy, explica que aprender este arte proporciona beneficios físicos y mentales.
Algunos de estos son comunes a todas las artes marciales, mientras que otros son específicos del entrenamiento. Dijo que cuentan con más de 60 escuelas a nivel mundial, y la de República Dominicana cuenta con dos instructores cinturón negro, traídos desde Brasil para impartir las clases de manera exclusiva con los verdaderos principios del estilo Gracie.
“Los estudiantes de Jiu Jitsu tiran, barren y se tropiezan entre sí docenas de veces durante cada clase. Para hacerlo a través del entrenamiento y sin lesiones, los principiantes aprenden cómo caer al suelo sin hacerse daño. Esta técnica de defensa personal, sin embargo, puede ser practicada por cualquier persona sin importar la edad, sexo, tipo de cuerpo o capacidad física.
Incluso, es recomendada para los más chicos, ya que los ayuda a gastar energía. Mediante el uso de apalancamiento, el equilibrio y la técnica, la persona más débil puede defenderse contra oponentes más fuertes y más capaces físicamente”, dice Rilion Gracie,
“A través de la relación que se crea con el compañero con esta práctica, el contrincante aprende a respetarlo, confiar en él, adaptarse, cooperar, ceder y resistir, aprender y enseñar, responsabilizarse de sus acciones y saber ponerse en el lugar de su compañero”, comentó Gracie.
Dijo que psíquicamente es una actividad óptima para los tímidos, por la estrecha relación a la que da lugar, y para los agresivos, resultando ser una válvula de escape excelente. A diferencia de otras artes marciales o deportes de combate, no desarrollan la agresividad, sino que canalizan la combatividad.
El experto comenta que un practicante de Jiu Jitsu impaciente es uno sin éxito. Esto se debe a que el tiempo y el ritmo son esenciales para la física detrás de esta técnica.
La ejecución de una llave o lanzar en el momento oportuno parece realizarse sin esfuerzo y hacerlo en el momento equivocado es casi imposible. Practicar en este contexto construye paciencia, autodisciplina y ayuda a reducir el estrés.
Las clases se estructuran en una y dos horas de duración con su correspondiente calentamiento inicial y estiramiento final. Aunque no hay diferentes niveles de clase, la participación está abierta a todas las personas, tanto a aquellos que quieran iniciarse, como a los luchadores ya experimentados. l
Importante
Este método es un excelente ejercicio cardiovascular, ya que la forma de entrenar, con luchas constantes, permite adquirir condición física, quemar grasa y tonificar los músculos.
