Jóvenes sobrecalificados: sin empleos o mal remunerados

Los jóvenes profesionales dominicanos gestionan becas internacionales para prepararse académicamente con el sueño de regresar al país y obtener empleos bien remunerados.

Los jóvenes profesionales dominicanos gestionan becas internacionales para prepararse académicamente con el sueño de regresar al país y obtener empleos bien remunerados.Pero en la República Dominicana este objetivo es difícil para la mayoría de los egresados de universidades, pues dependiendo del área, la institución académica o la preparación posterior al grado universitario (maestría, posgrado, doctorado), es muy difícil encontrar una contratación, sobre todo cuando se obtiene una mayor preparación.

Las razones no son específicas, pues las empresas no ofrecen este tipo de información de manera abierta. Mientras esto acontece, los jóvenes dominicanos recorren diversas compañías en busca de un trabajo digno para ellos y para su preparación, lo que lleva a muchos a preguntarse si valió la pena obtener un título más allá del universitario.

Gabriel Aybar Alejo, quien con 25 años y graduado de ingeniería civil con una maestría en administración en la construcción, cuenta que se le ha dificultado emplearse en su área, por el simple hecho de estar bien preparado.

“He buscado trabajo en mi área de ingeniería civil, he llevado currículum a varias compañías y, hasta me han entrevistado en bancos, y aun así no encuentro empleo por estar sobrepreparado”, explica el joven con voz apagada.

No menos incómoda es la situación de su hermano Abel Aybar, también ingeniero civil, y quien cursa el tercer semestre de una maestría, y está desempleado. “Cuando yo realicé mi pasantía de grado, me quedé trabajando como ingeniero residente en un proyecto que finalizó hace cinco meses”, dice.

Pero no ha vuelto a conseguir empleo. A la última entrevista que acudió fue rechazado por su alta preparación.

Según publicaciones del Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (MESCyT), para el año 2011 el número de egresados con posgrados era de 1,991, es decir, 12% de los profesionales. La cifra deja entrever que una gran parte de los egresados de las universidades optan por una mayor preparación, y de esa manera poder competir en el mercado laboral. Pero, ¿de qué les sirve la preparación a estos jóvenes, si al momento de optar por un empleo su perfil profesional está muy por encima de lo que las empresas requieren?

La psicóloga Ana Simó opina que los jóvenes de hoy en día están muy centrados en capacitarse y ganar títulos. “Puedo palparlo en las universidades, donde se fomenta la competencia desde muy temprano”. Agrega que la sociedad les exige excelencia y los lleva a que, al buscar empleos, las empresas no quieran contratarlos, pues los ven como personas con una hoja de vida más abultada de lo que requiere el cargo, o lo que se les ofrece económicamente no recompensa tanto esfuerzo.

Según la experta, muchos jóvenes en esta condición se desesperan y aceptan  el puesto a sabiendas de que el salario no es equitativo, trabajan en áreas que no les apasiona, por la presión económica o por ver que ya sus compañeros universitarios laboran y ellos no, lo que no los ayuda emocionalmente y hasta se deprimen.  La especialista dice que en estos casos los jóvenes se desmotivan mucho.

Las empresas cuentan con presupuestos limitados para el tema laboral y ven que los altos conocimientos de estos jóvenes puede llevar a no comprometerse con el cargo y posteriormente buscar emplearse en otra compañía, por lo que optan por no arriesgarse a contratarlos.

Zoilo Emilio García Batista, psicólogo cognitivo conductual y consultor empresarial, dice que los jóvenes invierten una cantidad óptima en educación y capacitación y al entrar al mercado laboral reciben un salario que no iguala su productividad marginal. Sin embargo, una parte de los jóvenes que salen del sistema educativo no logran obtener un empleo acorde a su preparación, produciéndose un desajuste entre el nivel educativo y las herramientas requeridas para los puestos de trabajo.

Opina que no es fácil buscar un empleo inferior al que se tenía o aceptar uno muy por debajo de las expectativas que genera un buen título más allá de la simple investidura de la carrera, es decir, posgrado, maestría o doctorado. “Tal situación puede golpear la autoestima del aspirante, frustrado porque siente que su esfuerzo y preparación no son reconocidos”, añadió en experto.

La sobreeducación puede ser explicada como un desequilibrio entre oferta y  demanda de ciertos tipos de trabajo. Un exceso de oferta de trabajadores con credenciales universitarias puede reducir las diferencias reales entre estos trabajadores y aquellos con títulos a nivel de secundaria, asegura García Batista.

Pero el profesional no deja espacio al pesimismo y exhorta a los jóvenes a seguir preparándose académicamente y a buscar los puestos de trabajo que les permitan desarrollar sus experiencias.

La labor de bajo nivel aporta experiencias

Las tareas y requerimientos específicos de cada empleo varían según la organización y el puesto. La mayoría de los empleadores buscan ciertos atributos al contratar empleados para cubrir vacantes. Quienes comprenden las características principales que buscan los empleadores poseen una ventaja competitiva sobre los otros candidatos.

“Los empleadores ofrecen un sueldo por el perfil buscado más que por la sobreeducación que posea el candidato”, dice Zoilo García Batista.
Lo que realmente le importa a los empleadores es que los jóvenes llenen los requisitos del perfil que la empresa solicita, un ejemplo es (dominio del idioma inglés, de un ordenador y sus comandos, etc). También que posean una experiencia laboral mínima.

García hace énfasis en este aspecto, al señalar que si el profesional toma el empleo por debajo de su capacidad académica puede adquirir experiencias que le servirán para un empleo posterior acorde con sus conocimientos ya puestos en práctica.

Esto da cuenta de que si los jóvenes están bien capacitados y asumen un empleo de menor posición pueden en un momento dado optar por escalar y llegar más allá de sus capacidades.

Sugerencia
Aunque la oferta de empleo sea para un perfil más bajo, el profesional debe enviar su currículo y enseñar lo que puede dar.

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