Juan Marichal: “Fue un día inolvidable”

Juan Antonio Marichal Sánchez (Laguna Verde, Montecristi, 1937) está en estos momentos en Cooperstown, Nueva York.

Juan Antonio Marichal Sánchez (Laguna Verde, Montecristi, 1937) está en estos momentos en Cooperstown, Nueva York.¡Qué bueno! Es que no hay mejor lugar para regresar 30 años atrás que ese pueblito de poco más de 2 mil habitantes (1,952 según el censo de 2010).

Fue allí donde un domingo 31 de julio de 1983, Marichal se convertía en el primer jugador dominicano que llegaba al Salón de la Fama del béisbol después de una brillante carrera en Grandes Ligas, especialmente con los Gigantes de San Francisco.

Tres décadas han quedado atrás, pero ni el paso inexorable del tiempo ha podido borrar de la mente y del corazón aquel día en el que pasó a reposar en el Olimpo del béisbol. “Lo recuerdo como si fuera hoy”, le dijo Marichal a elCaribe por la vía telefónica desde Nueva York. “Fue inolvidable para mí, ese lugar estaba lleno de dominicanos, vino una cantidad de compatriotas a la ceremonia y eso me hizo sentir especial”.

El reporte de la agencia AP que publicó elCaribe en su edición del 1 de agosto de ese año estimó una muchedumbre de 10 mil cuando para entonces el promedio de asistencia rondaba las 6 mil personas.  Otra publicación, la de la agencia UPI, calculó unas 12 mil personas, incluidos 23 expeloteros que ya habían sido inmortalizados en anteriores ceremonias.

Sus acompañantes

Marichal no puede recordar con claridad algunos detalles de ese día, como el color de su corbata, pero jamás olvidará quiénes estuvieron a su lado durante ese día tan especial. “Vine con mi esposa y tres de mis niñas (otras tres no habían nacido”, sostiene. “Además me acompañó el señor Pepe Copello, un muy amigo mío que estaba ligado al deporte, y también Billy Álvarez, su esposa y su hijo”.

El dominicano, exaltado con el 83.7 % de los votos junto a George Kell, Walter Alston  y Brooks Robinson, fue el tercero en tomar los micrófonos durante el acto que fue marcado por el sofocante calor de la época.  “Acepto el honor en nombre de mi familia, mi país y todos aquellos que me ayudaron como pelotero”,  dijo Marichal en inglés y luego pidió hablar por tres minutos en español “porque hay muchas personas en República Dominicana que están viendo la ceremonia”.

Él se convirtió en el primer jugador de América Latina que había entrado de manera regular al Salón de la Fama. Roberto Clemente, de Puerto Rico, había sido inducido en 1973 tras una especial elección que siguió su muerte en un accidente aéreo, mientras que Martin Dihigo, de Cuba, fue aceptado en 1997 vía la antigua ligas negras.

Fiesta en RD

Si la fiesta fue grande en Nueva York, su regreso a la República Dominicana fue simplemente espectacular, según rememora el propio galardonado. “Recuerdo que cuando llegué al país estaba mi difunto amigo Freddy Beras Goico esperándome en el aeropuerto y aquello fueron muchos momentos de celebraciones”, narra. “Freddy estaba transmitiendo en vivo para el Show del Mediodía. Después fui al palacio, donde me recibió el presidente Jorge Blanco (Salvador)”.

 Marichal tenía 46 años cuando eso pasó. En su mente todavía está intacto el hecho de que a pesar de no haber conseguido el porcentaje necesario para ser inducido durante sus primeros cuatro años de elegibilidad, jamás pensó que no iba a ser entronizado.

Su marca de por vida de 243-142 y efectividad de 2.89, sumados a su brillante palmarés a lo largo de 16 temporadas de carrera le hacían pensar lo contrario.
Tres equipos, Gigantes, Medias Rojas de Boston y Dodgers de Los Ángeles, fueron testigos del paso del quisqueyano por las Grandes Ligas. Unos días antes de la ceremonia, en julio 10, los Gigantes habían retirado su camiseta con el número 27, otro de los momentos especiales que generó su inmortalización.

Beneficios de un inmortal

Muchos estiman que por ser un miembro del Salón de la Fama de Cooperstown el exlanzador quisqueyano recibe alguna remuneración fija. No es así.

Sin embargo, Marichal entiende que  ser recipiente de ese honor le cambió la vida. “No recibo ningún dinero fijo por eso, pero directamente te puedo decir que el nombre de uno es usado en artículos que se comercializan en el museo, así que cada miembro recibe un porcentaje de las ventas”, explicó. “Indirectamente, hay que decir que siempre somos invitados a participar en actividades donde también se perciben recursos”.

“Pedro Martínez es el próximo”, dice Marichal

Marichal reconoce que dentro de poco  ya no estará sólo en el Salón de la Fama. Según él, otro lanzador dominicano se apresta a ser entronizado en Cooperstown. “El próximo será Pedro (Martínez)”, afirma el derecho que ponchó a 2,033 bateadores. “No tengo la menor duda, lo tiene todo”.

Martínez aparecerá en la boleta en 2015 y si es escogido con más de 75% de los votos entonces su inducción llegará en 2016, justamente 33 años desde que Marichal recibió la distinción.

Hay quienes piensan que el derecho de Manoguayabo tomará un alto porcentaje de los sufragios en su primer año de elegibilidad. Martínez tuvo marca de 219-100 con un promedio de carreras limpias permitidas en 2.93. Ganó tres premios Cy Young, algo que Marichal no pudo lograr en su gloriosa trayectoria.

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