MEXICO (AP).- Un juez federal en México rechazó el jueves un segundo intento de extradición contra una mujer acusada de traficar drogas hacia Estados Unidos, agotando prácticamente los esfuerzos de años por parte de los dos países para sentenciar a la llamada «Reina del Pacífico».
El juez Jesús Chávez dijo que la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) no pudo demostrar que Sandra Avila Beltrán podría enfrentar los mismos cargos en Florida por los que ya fue procesada en México.
Chávez determinó el jueves que la base del proceso iniciado en 2004 contra Avila en el distrito de Florida es por la incautación de más de nueve toneladas de cocaína en la costa mexicana que tenían como destino Estados Unidos.
La decisión de un juez mexicano en diciembre de 2010 y la de la corte de apelaciones en agosto de 2011 indican que Avila no era culpable de los cargos que derivan de la confiscación de drogas en un buque en diciembre de 2011 en Manzanillo.
«Resulta imposible afirmar que los hechos relacionados con las más de nueve toneladas de cocaína que fueron descubiertas en el citado buque no serían materia del juicio extranjero por el que las autoridades estadounidenses reclaman a la quejosa en extradición», señaló Chávez en un comunicado.
En Estados Unidos, Avila está acusada de dos cargos de conspiración para importar y distribuir cocaína y es solicitada desde noviembre de 2007, dos meses después de su arresto.
El magistrado dijo que la Constitución mexicana prohibe el doble riesgo y además extraditar a alguien que ya ha sido sometido a un juicio en el país.
Autoridades de la cancillería y la Procuraduría General de la República (PGR) se negaron a comentar sobre el fallo del jueves porque están analizando la decisión. Ambas oficinas pueden impugnar el fallo del juez.
Mientras tanto, Avila permanece prisionera en una cárcel en el oeste de México en el estado de Nayarit, esperando un juicio por lavado de dinero.
Avila asegura ser inocente y ha dicho que hizo dinero vendiendo ropa y rentando casas.
Cuando fue arrestada en 2007 en una cafetería en la Ciudad de México, los fiscales dijeron que Avila pasó más de una década trabajando para alcanzar la cima del negocio del narcotráfico, seduciendo a notorios secuestradores y uniendo a pandillas colombianas y mexicanas.
El romance de Avila con el colombiano Juan Diego Espinoza Ramírez juntó al poderoso cártel de Sinaloa con el colombiano Norte del Valle, de acuerdo con los fiscales.
Su historia es relatada en un libro escrito por el periodista mexicano Julio Scherer, donde glorifica el negocio de las drogas.
Avila es sobrina de Miguel Angel Félix Gallardo, «el padrino» del narcotráfico mexicano que cumple una condena de 40 años en México por tráfico de drogas y el asesinato del agente de antinarcóticos estadounidense Enrique Camarena, en el estado de Jalisco, al oeste de México.
