Jugando con la pobreza

Es un acto despiadado inyectarle sustancias prohibidas a un joven para que impresione en una exhibición  ante los cazatalentos de las Grandes Ligas.Es un crimen.

Es un acto despiadado inyectarle sustancias prohibidas a un joven para que impresione en una exhibición  ante los cazatalentos de las Grandes Ligas.
Es un crimen.Eso no debe permitirse un segundo más. Las autoridades deben actuar a la mayor brevedad posible para ponerle freno a una práctica insensible, inhumana que destroza la materia prima de una nación: su juventud.

Lamentablemente se han perdido vidas en ese invento descabellado. Muchachos con todo un mundo por delante. Donde no llega la fatalidad de un deceso inesperado que no celebre mucho: de todas formas es un veneno que entra al cuerpo de los imberbes, quienes ni se imaginan lo que les espera.

El fin que justifica estos medios no es más que económico. Se vende la idea de una buena firma, de un jugoso contrato, un despegue inmediato de las paupérrimas condiciones de vida. En honor a la verdad, todo eso se logra. El problema es que detrás de esas promesas existe una mentira del tamaño de un iceberg, pero es como el elefante aquel que nadie desea ver en el salón porque es lo más conveniente.

Progresar es algo inherente a todo el habitante del planeta. Lo
inaceptable es que sea en base al engaño y ni hablar de que el luto toque las puertas de esos mismos que fueron ilusionados con villas y castillos. Tampoco es justo que luego se suspenda al pelotero ya firmado porque dio positivo a un bendito esteroide o que con el paso del tiempo se le descubra una condición médica que requiera de mucho dinero para solucionarse.

¿De qué valió el contrato? ¿El esfuerzo? ¿Para que el malvado de la idea y quienes la apoyaron se ganen unos pesos?

Espero que muchos padres y madres hagan conciencia. No permitan que sus hijos sean condenados a cargar la letra escarlata (E por esteroides no A como la novela de Hawthorne) el resto de sus días  ni mucho menos que se frustren porque acariciaron un éxito fugaz que se desmoronó por una farsa.

Esperamos una investigación profunda en este accionar de daño y muerte. No se puede seguir jugando con la pobreza de la gente.

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