El justo reclamo médico

Una reciente historia de este diario reporta que los médicos llevan 46 años luchando para que les sea dignificada una profesión que conlleva muchos años de estudios y sacrificios, y cuyo ejercicio requiere una vocación especial.

Una reciente historia de este diario reporta que los médicos llevan 46 años luchando para que les sea dignificada una profesión que conlleva muchos años de estudios y sacrificios, y cuyo ejercicio requiere una vocación especial.Especial, porque médico o médica no puede ser quien lo desee. Es una vocación que obliga a un sentido de humanidad y entrega al prójimo que no todos tenemos, o no somos capaces de practicar.

En ese reportaje se citaba que la actual ministra de Salud, siendo presidenta de la entonces Asociación Médica Dominicana, entre abril y julio de 1991 llevó al gremio a una huelga de 112 días.

¿Qué reclamaban entonces los médicos? Lo mismo que ahora, aumento de sueldos y mejora en los hospitales. “Es como si el tiempo se hubiese detenido”, razonó la periodista Natalí Faxas, autora de la historia.

El atraso del país, en diferentes aspectos, tiene en el descalabro hospitalario una de las áreas más injustas, indignantes y degradantes.

Mientras un médico no recibe en promedio una remuneración que le permita una vida digna y confortable junto a sus familias, como es merecedora su importante profesión, buena parte de los altos funcionarios gubernamentales reciben sueldos y beneficios de lujo, que superan los que se devengan en países ricos y desarrollados.

Pero además de bajas e injustas remuneraciones, los médicos y el personal de salud desenvuelven su labor en medio de carencia de equipos, medicinas y otros materiales de trabajo que le impiden hacer efectiva su delicada labor.

La falta de higiene, mantenimiento y suciedad ponen a los médicos y al personal de apoyo en peligro de contraer serias enfermedades, por el ambiente infeccioso que el descuido gubernamental incuba en los hospitales, pese a lo cual médicos y médicas, enfermeras y enfermeros se mantienen haciendo el trabajo.

Los médicos han visto cómo el país lleva 60 años de crecimiento económico positivo y cómo, por ejemplo, en 1970 el Producto Interno Bruto era de mil 485.5 millones de dólares, en 2004 ese PIB subió a 22 mil 608.7 millones de dólares, y para este año 2016 es de más de 665 mil millones de dólares.

Tienen derecho a preguntarse ¿cómo es que no hay recursos para dignificar su valioso trabajo, pagándoles un sueldo digno e invirtiendo en salud algo del crecimiento económico y la expansión del PIB que registramos?

Invertir en un sistema de salud efectivo, con personal protegido y bien atendido, es una de las grandes prioridades nacionales, para mejorar la calidad y el desarrollo humano de nuestro pueblo.

Es un imperativo que no tiene que ver con que haya o no haya elecciones o cuál partido esté en el poder, como ha demostrado la larga lucha médica.
Ojalá lo entiendan las autoridades y quienes son tan activos en defender los intereses del poder, y de tratar de descalificar a un profesional como Waldo Ariel Suero que cumple con integridad y coraje cívico su deber de defender los derechos de su sector.

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