Suele suceder que nuestros vacíos y  necesidades internas nos hacen pensar que nada nos llena, nos sentimos solos, estresados y es cuando buscamos a personas equivocadas en lugares equivocados, y a veces, hasta de manera errónea, que simplemente no encajan en el rompecabezas de nuestras vidas.
Son momentos de desesperación, en los cuales nos enfocamos más en el tiempo de la espera, que en la persona correcta, la cual llegará en el momento oportuno. La paciencia es crucial, pues son decisiones de vida y su calidad depende de ello. Hay un tiempo para todo. Pero hay que vivir con fe todo el tiempo. Fe es la seguridad de que recibiremos lo prometido. Nuestro bien está en Dios.
Él nunca llega tarde, siempre llega justo a tiempo. l

Para unos sus trayectos de vida son una aventura en éxtasis, para otros un desafío molesto, pero para cierto grupo una pesadilla desesperante. Quizás tú o alguien que amas esté justo ahí. Y las preguntas son, ¿sobreviviré? ¿Piensa Dios en mí? ¿Me escucha? ¿Hace aun milagros? ¿Llegará a tiempo?

Al respecto, quiero decirte que estará presente para ti. Tiene la salida tan pronto le des entrada en tu corazón a Él y sus métodos. Sus recursos están a tu disposición ya. Él sabe qué procedimientos usará, cómo y cuándo hacerlo, puede hacer un camino donde no hay y hablar a los muertos y levantarlos, aun ahora. Como aquella vez, como siempre, Dios sabrá sorprenderte. ¡Siempre es oportuno, maravilloso y perfecto! l