El más reciente chapeo bajito en el área de auditoría de la Cámara de Cuentas, contrario a lo que muchos podrían creer y aparenta ser, me dicen que tiene su origen en filtraciones de “órdenes superiores” para que se hagan cosas, que al difundirse tienen los nervios de punta a más de un(a) jefecito(a) de esa institución. Mis fuentes aseguran, empero, que en la barrida han sido afectados justos y pecadores, ya que las cancelaciones se han llevado a auditores leales a los(as) propios(as) inquisidores(as) que después de “bajar líneas” cuya ejecución burda ha tornado esas acciones en bellaquerías perversas, abrigan temores de ser llamados(as) a deponer, con el riesgo potencial de autoincriminarse, quieran o no, ante instancias judiciales que ya comienzan a enviar citaciones. Confirmado una vez más que el que se viste con ropa ajena, llega el momento en que -¡fácil!- lo(a) dejan desnudo(a) en la calle…
Regodeo de fama
Aunque pareciera que no lo necesita, me dicen que José Miguel Soto Jiménez se regodea contento de fama y alegría con “las revelaciones” periodísticas sobre su gestión para lograr el encuentro-almuerzo del expresidente Hipólito Mejía y Miguel Vargas Maldonado en su dacha de Lomas Lindas. Soto Jiménez se ha procurado la pinta de figura polifacética que une la veteranía de su paso por las Fuerzas Armadas con el amor sublime hacia la belleza, las letras y la poesía, incursionando en la política de la mano de su movimiento V República, ahora aliado político del PRD institucional, y eso le hace receptor de respeto y credibilidad. ¡Qué disfrute…!
¡Aaah, el poder!
Muchos tratadistas y analistas de la política y los políticos sostienen que el poder embriaga; al igual que el dinero, separa amigos y doblega muchas lealtades. El presidente Danilo Medina se resiste a la certeza de esa máxima, con un impermeable de sencillez y humildad. Ojalá otros imiten su ejemplo, porque el golpe es duro al bajar cuando se sube alto…
