Kobe, Howard y los Lakers

Las torres se fueron derrumbando en los Lakers hasta que le tocó a la mayor. Ver a Kobe Bryant en muletas, con lágrimas en sus ojos y enfrentado a un futuro incierto es un trago amargo para el que valora las figuras de un deporte.Lo…

Las torres se fueron derrumbando en los Lakers hasta que le tocó a la mayor. Ver a Kobe Bryant en muletas, con lágrimas en sus ojos y enfrentado a un futuro incierto es un trago amargo para el que valora las figuras de un deporte.

Lo ideal es que los grandes se vayan en sus propios términos o lo más cercano posible.

No sé si Mike D´Antoni tenía un ápice de conocimiento al respecto. Creo que como dirigente de los Lakers y exjugador (un estelar en Italia en sus años mozos) está al tanto de que motor viejo necesita más que mantenimiento constante para no fundirse en la cancha.

Cualquier atleta que se respete quiere estar en el campo de acción bajo cualquier situación: con una mano, cojo, grave de la espalda, en fin. Imagínese un competidor como Bryant. Quiérase o no, D´Antoni tendrá que cargar con el hecho de darle poco descanso a un hombre de 34 años con 17 campañas bajo el cinto.

Ya eso es agua pasada. Kobe fue operado y deberá permanecer al menos un mes sin movilidad y su tiempo de recuperación es de seis a nueve meses. Regresar de una ruptura del tendón de Aquiles es una misión dura. Podría ser lo más parecido a las que realiza Tom Cruise, en su papel de Ethan Hawke, pero recuerden que estamos hablando de la vida real.

Dwight Howard ha reiterado que los Lakers tienen que poner el juego interno como primera opción. Ahora le llega su momento de convertirse en el hombre del conjunto. Es el escenario ideal para un jugador que se dirige al final de la campaña hacia la agencia libre.

Ahora más que nunca creo que se queda en Los Ángeles. En lo que Bryant se recupera y asumiendo que regrese exitosamente, ya el conjunto inició la transición de mando al inmaduro de Howard.

No se sabe cuándo ni cómo vuelve Bryant, quien antes del terrible suceso del pasado viernes tenía dos campañas más en su tanque de municiones para despedirse a su manera.

Hora de Howard ponerse los zapatos del caballo del equipo. No los de Kobe. Eso ni en el más ingenuo de los sueños me sale.

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