Lamentables carencias

Fui al Mercado de las Pulgas de la Plaza de la Cultura. Es impresionante. Por la inmensa cantidad de gente (incluyendo sigilosos carteristas y malditos tígueres) que llena todos sus espacios (menos aquellos en que se venden libros y disertan los…

Fui al Mercado de las Pulgas de la Plaza de la Cultura. Es impresionante. Por la inmensa cantidad de gente (incluyendo sigilosos carteristas y malditos tígueres) que llena todos sus espacios (menos aquellos en que se venden libros y disertan los intelectuales). Por la gran variedad de alimentos para el dominican people que puebla la enorme manzana de bullicio. Por la costosa presencia masiva de instituciones estatales que exhiben la gracia del funcionariado. Por la… (Bueno, sus únicas fallas es que carece de bancas de apuestas, puestos de ropa de paca y un buen colmadón con musicón).

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