Las relaciones con Haití (13)

Probablemente no se conozcan nunca todos los detalles de lo sucedido ese día.  Pedro Bartolomé Benoit,  entonces jefe del Comando de Mantenimiento de la Base de San Isidro,  a cuyo cargo estaban el cuidado de los aviones y los blindados, relató&#823

Probablemente no se conozcan nunca todos los detalles de lo sucedido ese día.  Pedro Bartolomé Benoit,  entonces jefe del Comando de Mantenimiento de la Base de San Isidro,  a cuyo cargo estaban el cuidado de los aviones y los blindados, relató al autor que a muy temprana hora de esa mañana del 23 de septiembre fue enviado a buscar por el jefe de Estado Mayor, general Miguel Atila Luna, a quien encontró  casi al borde de los montes que rodeaban la pista,  esperando dentro de un automóvil junto al Presidente. Las escoltas de ambos vigilaban unos metros más atrás. Después de la breve presentación de rigor, el Presidente se dirigió a Benoit:

– ¡Prepárese,  coronel.  Quiero que nuestros aviones comiencen a dejar caer sus bombas sobre Puerto Príncipe a más tardar a las once de la mañana
Atila guardaba silencio. Benoit se retiró y comenzó a hacer los arreglos para tener listos los aviones. En cada una de nuestras entrevistas insistí con Benoit,  hoy general retirado, con respecto a esta versión y siempre me contó la misma historia.

Luna,  por su parte,  tiene otra versión,  aunque muy parecida y que encaja en el relato de los hechos que la prensa dominicana del día siguiente,  24 de septiembre, publicó de los incidentes en la frontera.  Según Luna, mientras se preparaban los aviones logró comunicarse por radio con el puesto militar de Dajabón y preguntó qué había sucedido. El sargento encargado de las comunicaciones le dijo que no había acontecido nada grave.  Con excepción de unos cuantos disparos del otro lado,  sin consecuencias, todo estaba normal.
Bosch le había convocado a su casa.  Cuando llegó allí encontró a varios ministros.  El de Obras Públicas, Del Rosario Ceballos,  le saludó preguntándole que él necesitaría de su ministerio en caso de una guerra con Haití.  El general Luna le respondió.

– ¡Todo, señor Ministro. Todo, incluyendo patanas para trasladar los tanques.

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