El hombre que se juramentará como Presidente dentro de nueve días le debe su cargo, en gran medida, a los esfuerzos que hizo quien actualmente ostenta la codiciada posición. Se puede escribir mucho sobre las causas de la victoria de Danilo Medina y sobre todo, de la derrota de Hipólito Mejía, pero en cualquier lista elaborada con objetividad figuraría, en los primeros lugares, la participación activa de Leonel Fernández en la pasada campaña electoral. Medina y Fernández han tenido una relación personal y política muy interesante. Para resumirlo en pocas palabras se puede hablar, fundamentalmente, de tres fases.
Primero, conformaron una pareja con vínculos tan fuertes, que parecía inseparable. La alianza estratégica que mantuvieron por mucho tiempo fue realmente productiva, ya que juntos cosecharon grandes triunfos. Ambos fueron figuras claves en la masificación del PLD y, sobre todo, su conversión a un partido de masas y con real vocación de poder. Lo demás es historia.
En una segunda etapa vino la ruptura, motivada por pretensiones de Danilo de llegar a la Presidencia, unas aspiraciones legítimas, pero incompatibles, en ese momento, con la decisión de su hasta entonces amigo y aliado de buscar un tercer período. En 2007 se rompió este dueto.
En la tercera fase, la actual, se ha producido algo parecido a una reconciliación, aunque no lo sea. Existe la percepción de que no volverá a ser lo mismo. Sin embargo, el conflicto quedó atrás, y prueba de ello es que Fernández se involucró al máximo en la campaña, e hizo todo lo que estuvo a su alcance para contribuir al triunfo del PLD y su candidato, lo que finalmente se logró.
Ahora, hay que ver las relaciones que mantendrán un Danilo Presidente de la República, con un Leonel que sale con mucho poder acumulado como presidente del partido oficialista. Es un esquema que no tiene precedentes.
En Colombia, Álvaro Uribe dejó la Presidencia porque legalmente no podía repostularse, por lo que decidió apoyar a Juan Manuel Santos, quien se convierte en su sucesor. Pero la alianza y la amistad se han roto y hoy Uribe es el principal opositor del Gobierno.
Nadie espera que aquí pase algo así, pero la pregunta es hasta cuándo durará la luna de miel entre Leonel y Danilo.
