Las vacaciones son necesarias para rendir en el trabajo

Casi todos los días vivimos bajo el ritmo estresante de una economía que nos exige ser más productivos y una sociedad que nos “señala” que para ser exitosos, debemos hacer esfuerzos sobrehumanos y dar el máximo de cada uno de nosotros.

Casi todos los días vivimos bajo el ritmo estresante de una economía que nos exige ser más productivos y una sociedad que nos “señala” que para ser exitosos, debemos hacer esfuerzos sobrehumanos y dar el máximo de cada uno de nosotros.La productividad, ligada a la disponibilidad es una de las cualidades más valoradas por las empresas, que incluso, ofrecen sus servicios destacando estas dos virtudes como un valor agregado. Paradójicamente de lo que muy poco se habla, es del descanso que una persona necesita para tener un rendimiento óptimo en su trabajo. Y si no se habla del descanso, mucho menos de las actividades recreativas o de esparcimiento que se requieren para distraer la mente y evitar colapsos por el estrés.

En el momento en que un individuo no logra recuperarse del desgaste diario que produce su trabajo, aparecerán los errores y dependiendo de su actividad, podrían ser de consecuencias catastróficas. Por eso es un hecho, no puede existir un equilibrio laboral si la productividad, el descanso y la recreación no están íntimamente ligadas y se complementan una a la otra.

Por eso, el poder tomarse unos días de descanso, hace mucho tiempo que dejó de ser un beneficio que daba el empleador a sus trabajadores y se ha transformado en un derecho que favorece no sólo a la persona, sino también a la empresa. Y es que el contar con un personal cansado disminuye la productividad, llegando incluso a afectar al clima laboral.

Para los expertos, la falta de vacaciones puede generar altos índices de estrés, lo que ayuda a acrecentar los conflictos y las tensiones entre los miembros de un equipo. Otro punto que también destacan quienes han estudiado el tema es la disminución en las capacidades de concentración que muestran los profesionales que por alguna razón no han hecho efectivo sus días de descanso. Está comprobado que éstos no rinden al 100% en sus puestos y que resuelven de forma más lenta los problemas, a veces con muchos errores.

De acuerdo con la coach certificada Jissell Espinal, el cuerpo nos envía señales muy claras de que es tiempo de tomarnos un descanso: empezamos a arrastrarnos hacia nuestro lugar de desempeño y una vez allá, encontramos muy pesado movernos de un lugar a otro. Así, la  memoria empieza a fallar y no recordamos enviar ese mail  en el que tanto insistió el jefe  o no realizamos esa llamada tan  importante  que se nos ordenó que hiciéramos
Según Espinal, las personas saturadas de trabajo se tornan irritables y todo le molesta, se siente cansada y solo piensa en que llegue el viernes. “Es importante reconocer cuando llega el momento de irse de vacaciones, síntomas como fatiga, hastío y  apatía por los acontecimientos que ocurren en tu lugar de trabajo”, son señales claras, dice.

La experta comenta que el empleador debe ser el principal observador de estos síntomas, sobretodo,  porque en muchos casos es este mismo quien procura que sus empleados no tomen vacaciones, aminorando su productividad y por lo tanto, impactando sobre la empresa.

¿La presión laboral impide el descanso?

Pese a todo esto, en el país, son poco los trabajadores que dicen desconectarse completamente de sus responsabilidades laborales durante sus períodos de descanso. De hecho  muchos dominicanos reconocen ocupar eso días para estar sólo con la familia, amigos o viajar, pero otros señalan estar siempre conectados y al tanto de lo que pasa en la oficina e incluso se muestran dispuestos a volver antes de tiempo a la oficina para resolver problemas propios de la compañía.

A juicio de los expertos esta actitud refleja dos realidades entre los profesionales locales. Primero, una inseguridad tremenda respecto a los otros y sus propias capacidades y segundo, un mercado altamente competitivo en el que las empresas tienen mucho donde elegir, lo que obliga a las personas a intentar por todos los medios que su ausencia no pase desapercibida, pues de lo contrario pueden ser vistos como prescindibles dentro de la organización.

De vuelta al trabajo

La incorporación al trabajo después de las vacaciones, siempre resulta difícil. Volver a la rutina laboral después de una etapa de relax puede convertirse en mucho más que una reticencia perezosa; para muchos se convierte en un verdadero sacrificio. Nos referimos al famoso “síndrome posvacacional”. Quien lo padezca será incapaz de reencontrarse con las obligaciones de su puesto de trabajo al 100%. El estrés, el malestar psíquico, la tristeza, la irritabilidad, la desmotivación, e incluso la depresión, son algunos de los síntomas que padecen muchos trabajadores cuando retoman sus obligaciones en la oficina después de haber disfrutado de un periodo vacacional intenso.

Mantener una actitud positiva ayuda a enfrentar mejor el estrés y las tensiones que surjan en el seno de nuestro trabajo. No hay que pensar en lo lejos que está el próximo periodo de vacaciones, sino concentrarse en los pasos inmediatos a seguir y pensar que volvemos al trabajo con las pilas cargadas.

Priorizar las tareas nos ayudará a establecer unas pautas de funcionamiento que regulen una posible depresión posvacacional. Es importante no intentar abarcar todas las tareas pendientes a la vez, ni leer los correos electrónicos de golpe. Lo ideal es poder establecer un orden dentro de la planificación, abordando primero aquellas cosas que necesiten una respuesta inmediata. Por otro lado, si el día de la incorporación al trabajo es un lunes, la sensación de depresión puede ser mayor. Una buena idea es hacer la vuelta un día diferente de la semana. Así el impacto psicológico que puede provocar la vuelta a la oficina será menor.

Dato
La salud del empleado puede verse afectada cuando no toma las vacaciones en el tiempo correspondiente, se vuelve incapaz de concentrarse y tiene dificultades para pensar con lógica.

Consejo
Para sacar el máximo provecho a los días de descanso es importante “desconectarse” sin llevarse las preocupaciones del trabajo a casa. Apaga el “celu” y olvida las redes sociales.

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