“La fotografía es mi aporte científico a la sociedad”

Aunque en el bachillerato había incursionado brevemente en la fotografía,  su pasión por la de naturaleza nació hace unos 17 años. En aquel entonces, nuestro entrevistado, Eladio Fernández, estaba totalmente enfocado en fotografiar nuestras…

“La fotografía es mi aporte científico a la sociedad”

Cómo nace tu pasión por la fotografía de naturaleza? Antes de adentrarme al mundo de la fotografía había desarrollado una afinidad por la naturaleza gracias a mis viajes al Pico Duarte. Los parques nacionales Armando Bermúdez…

Aunque en el bachillerato había incursionado brevemente en la fotografía,  su pasión por la de naturaleza nació hace unos 17 años. En aquel entonces, nuestro entrevistado, Eladio Fernández, estaba totalmente enfocado en fotografiar nuestras aves. “Eran los tiempos de las cámaras análogas con película fotográfica. Uno no sabía si tenía la foto hasta unos días después, cuando el laboratorio entregaba las diapositivas procesadas”, nos cuenta. Hoy en día, Eladio es todo un profesional reconocido en esta área. Su pasión por este trabajo lo ha llevado incluso a eternizarlo más allá del papel fotográfico, en sus ocho libros; material que con el paso de los años le ha servido para dar a conocer los tesoros naturales de nuestra isla y el resto de las Antillas.

¿Cómo nace tu pasión por la fotografía de naturaleza? Antes de la fotografía ya había desarrollado una afinidad por la naturaleza a través de mis viajes al Pico Duarte. Los parques nacionales Armando Bermúdez y José del Carmen Ramírez son espectaculares. Tenía un grupo de amigos que cada año realizábamos uno o dos viajes. Luego de las primeras visitas a éstos empecé a interesarme en las aves, puesto que son uno de los grupos más carismáticos que tenemos en la fauna Antillana. El hecho de que trataba de compartir mis observaciones con mis amigos, y estos no creían en mis avistamientos, fue suficiente para motivar la compra de mi primera cámara y mi primer telefoto.

¿Te has formado científicamente? No soy biólogo. Estudié administración de empresas en Estados Unidos. Sin embargo tengo una gran colección de libros sobre flora y fauna de las Antillas. Me considero un “naturalista”, alguien que estudia historia natural pero sin ninguna formación formal. También he aprendido mucho de colegas y amigos que sí lo son, y científicos con quienes colaboro en diferentes proyectos. La fotografía es mi aporte científico a la sociedad. Creo que todo el mundo tiene la capacidad, de acuerdo a sus posibilidades, de sumar un granito de arena a favor de la ciencia.

Trabajas proyectos muy pensados y elaborados, ¿de cuánto tiempo dispones para materializarlos?  Cada publicación, de “cabo a rabo”, se toma alrededor de ocho meses. A veces trabajo varios proyectos a la par. Una vez entiendes y estructuras un sistema de trabajo es fácil producir varios productos simultáneamente. Siempre trabajo en mi banco de imágenes de flora, fauna, ambientes y paisajes del Caribe.

¿Algún otro tema que te apasione?  Cada proyecto que comienzo es el tema que me apasiona. Cuando haces fotografía de naturaleza en general, le pasas muy superficialmente por encima a muchos temas que valen la pena explorar. Cada proyecto, cada publicación, es una oportunidad de abordarlos de un modo más profundo.

De todos tus proyectos, ¿por cuál sientes un especial cariño? Cada uno es un parto. Es muy difícil no crear un vínculo especial con ellos. A pesar de esto, pienso que para mí fue un privilegio haber tenido la oportunidad de hacer un libro sobre la naturaleza de Cuba. El trabajo de campo se desarrolló a lo largo de unos seis meses. En ese tiempo me compenetré mucho con esa isla. De vez en cuando siento hasta nostalgia. He regresado en varias ocasiones a bucear a Jardines de la Reina, un lugar espectacular (el mar Caribe como era hace décadas).

«Tengo en carpeta una decena de libros conceptualizados. Sin el apoyo del sector privado del país, estos proyectos no se pueden convertir en realidad».

¿Cuál consideras el mayor aporte de este tipo de trabajo a la sociedad? Creo que el libro Hispaniola, A Photographic Journey Through Island Biodiversity (Harvard University Press, 2007), patrocinado por el Grupo SID, fue un hito y todavía es un referente para la fotografía de conservación en la isla. Quiero pensar que ese libro, fruto de unos cuatro años de trabajo, abrió los ojos de mucha gente que hoy en día están en la fotografía de naturaleza, y con su trabajo se han convertido en multiplicadores del mensaje de apreciación y preservación de nuestra riqueza natural.

Transformación. Ciclo de vida de las mariposas de La Española es tu último trabajo. ¿De qué trata? Precisamente sobre eso: la documentación del proceso de metamorfosis de doce mariposas de nuestra isla. No es un libro de mariposas; trata las etapas de cambio por las cuales pasan las mariposas.

¿Cómo fue el proceso de realización? Tuve que centralizar todas las especies en un punto que tuviese acceso constante; terminó siendo el comedor de mi apartamento. El proceso de cambio de estas especies es constante, había que monitorear todos los ejemplares constantemente. Marcos Rodríguez, estuvo a cargo de las colecciones en el campo. También nos ayudó mucho Alejandro Linares, un comunitario de Los Limones. Mientras, iba enviando el material fotográfico a Brian Farell, profesor de la Universidad de Harvard y autor de los textos, para que fuera redactando sus descripciones.

¿Algún hallazgo sorprendente? El tema de las mariposas tiene muchos vacios en el país. No hay estudios ni representación fotográfica de calidad acerca de las plantas hospederas y las etapas iniciales de estos insectos, por lo que este trabajo representa un gran avance al respecto.

«Planes futuros. Establecer un sitio en la red, con fines educativo, donde disponga todo el material de las publicaciones realizadas, y futuras».

Para conocer más acerca de su trabajo puedes acceder a eladiofernandez.com.

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Cómo nace tu pasión por la fotografía de naturaleza? Antes de adentrarme al mundo de la fotografía había desarrollado una afinidad por la naturaleza gracias a mis viajes al Pico Duarte. Los parques nacionales Armando Bermúdez y José del Carmen Ramírez son espectaculares. Tenía un grupo de amigos que cada año realiza uno o dos viajes hasta allí. Luego de mis primeras visitas empecé a interesarme en las aves, uno de los grupos más carismáticos que tiene la fauna antillana. El hecho de que trataba de compartir mis observaciones con mis amigos, y éstos no creían en mis avistamientos, fue suficiente para motivar la compra de mi primera cámara y mi primer telefoto. Aquí comienza todo.

Te has formado científicamente? No soy biólogo. Estudié administración de empresas en Estados Unidos. Sin embargo, tengo una gran colección de libros sobre flora y fauna de las Antillas. Me considero un “naturalista”, alguien que estudia historia natural pero sin ninguna formación formal. También he aprendido mucho de colegas y amigos que sí lo son, y científicos con quienes colaboro en diferentes proyectos. La fotografía es mi aporte científico a la sociedad. Creo que todo el mundo tiene la capacidad, de acuerdo a sus posibilidades, de sumar un granito de arena a favor de la ciencia.

Trabajas proyectos muy pensados y elaborados, ¿de cuánto tiempo dispones para materializarlos? Cada publicación, de “cabo a rabo”, se toma alrededor de ocho meses. A veces trabajo varios proyectos a la par. Una vez entiendes y estructuras un sistema de trabajo, es fácil producir varios productos simultáneamente. Trabajo constantemente en mi banco de imágenes, compuesto en su mayoría de flora, fauna, ambientes y paisajes del Caribe.

¿Algún otro tema que te apasione? Cada proyecto que comienzo es el tema que me apasiona. Cuando haces fotografía de naturaleza en general, le pasas muy superficialmente por encima a muchos temas que valen la pena explorar. Cada proyecto, cada publicación, es una oportunidad de abordarlos de un modo mucho más profundo.

De todos tus proyectos, ¿por cuál sientes un especial cariño? Cada uno es un parto. Es muy difícil no crear un vínculo especial con ellos. A pesar de esto, pienso que para mí fue un privilegio haber tenido la oportunidad de hacer un libro sobre la naturaleza de Cuba. El trabajo de campo se desarrolló a lo largo de seis meses. En ese tiempo me compenetré con esa isla. De vez en cuando siento hasta nostalgia. He regresado en varias ocasiones a bucear a Jardines de la Reina, un lugar espectacular. Me recuerda como era el mar Caribe hace décadas.

¿Cuál consideras el mayor aporte de este tipo de trabajo a la sociedad? Creo que el libro Hispaniola, A Photographic Journey Through Island Biodiversity (Harvard University Press, 2007), patrocinado por el Grupo SID, fue un hito y todavía es un referente para la fotografía de conservación en la isla.
Quiero pensar que ese libro, fruto de unos cuatro años de trabajo, abrió los ojos de mucha gente que hoy en día están en la fotografía de naturaleza, y con su trabajo se han convertido en multiplicadores del mensaje de apreciación y preservación de nuestra riqueza natural.

Transformación. Ciclo de vida de las mariposas de La Española es tu último trabajo. ¿De qué trata? Precisamente sobre eso: la documentación del proceso de metamorfosis de doce mariposas que habitan en nuestra isla. No es un libro de mariposas. En sí, trata las etapas de cambio por las cuales ellas transitan.

¿Cómo fue el proceso de creación? Tuve que centralizar todas las especies en un punto que tuviese acceso permanente; terminó siendo el comedor de mi apartamento. El proceso de cambio de estas especies es constante, había que monitorear todos los ejemplares constantemente. Marcos Rodríguez estuvo a cargo de las colecciones en el campo. También nos ayudó mucho Alejandro Linares, un comunitario de Los Limones. Mientras, iba enviando el material fotográfico a Brian Farell, profesor de la Universidad de Harvard y autor de los textos, para que fuera redactando sus descripciones.

¿Algún hallazgo sorprendente? El tema de las mariposas tiene muchos vacios en el país. No hay estudios ni representación fotográfica de calidad acerca de las plantas hospederas y las etapas iniciales de estos insectos, por lo que este trabajo representa un gran avance al respecto.

Mecenazgo. «Tengo en carpeta una decena de libros conceptualizados. Sin el apoyo del sector privado local, estos proyectos no pueden convertirse en realidad”.

Planes futuros. «Establecer un sitio en la red, con fines educativos, donde se disponga todo el material de las publicaciones realizadas, y futuras”.

 

 

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