La película No habrá paz para los malvados fue la gran triunfadora de la 26ª edición de los premios Goya, considerados los Oscar del cine español, con seis galardones. La cinta policial, del director Enrique Urbizu, se impuso con seis galardones a la película de suspense La piel que habito de Pedro Almodóvar; al western Blackthorn, de Mateo Gil, y al drama histórico La voz dormida, de Benito Zambrano. Su protagonista, José Coronado, fue asimismo galardonado con el Goya al Mejor actor protagonista por su interpretación de Santos Trinidad, un corrupto inspector de policía que se ve implicado en un triple asesinato.
La película narra la historia del inspector Trinidad que, mientras investiga la desaparición de una mujer se ve involucrado en un tiroteo que se salda con tres muertos y un testigo en fuga.
Trinidad necesita localizar al testigo para probar lo sucedido, pero a medida que avanza en su investigación descubre que tras lo que parecía un altercado entre narcotraficantes se esconde un complot más peligroso de lo que pensaba.
La película narra la historia del inspector Trinidad que, mientras investiga la desaparición de una mujer se ve involucrado en un tiroteo, que se salda con tres muertos y un testigo en fuga.
Trinidad necesita localizar al testigo para probar lo sucedido, pero a medida que avanza en su investigación descubre que tras lo que parecía un altercado entre narcotraficantes se esconde un complot más peligroso de lo que pensaba.
Poco conocido fuera de España, Urbizu, director vasco de 49 años muy dado al cine policial, es autor de Cómo ser infeliz y disfrutarlo (1993), Cachito (1995), La vida mancha (2003) y La caja 507 (2002) película galardonada con dos Goya.