«El Huacal», 41 años después…

Corría el 1975 cuando el presidente Joaquín Balaguer inauguraba el edificio gubernamental Juan Pablo Duarte. Sus 14 pisos, 66 metros de altura y más de RD$4 millones invertidos lo convertían en la obra más grande de República Dominicana. Quien&#8230

Corría el 1975 cuando el presidente Joaquín Balaguer inauguraba el edificio gubernamental Juan Pablo Duarte. Sus 14 pisos, 66 metros de altura y más de RD$4 millones invertidos lo convertían en la obra más grande de República Dominicana. Quien lo había diseñado era un jovencito que cuando comenzó la obra tenía 27 años: el arquitecto Pedro Borrell, de Borrell asociados. Al edificio, que ya tiene 41 años, como ley de vida el tiempo le ha quitado todo el esplendor de sus inicios. Existen muchos elementos de la infraestructura que solo quedan en el recuerdo y en varias imágenes que guarda Borrell en su oficina de arquitectos.

En el mismo tiempo que la infraestructura Juan Pablo Duarte abría sus puertas, el pueblo la bautizaba como “El Huacal”, bajo un sobreentendido de que allí irían a parar “las botellas” del Gobierno. Este edificio no solo agruparía las entidades del Gobierno, sino que fue diseñado como un espacio abierto para la sociedad, tanto que tenía en su parte frontal una plaza con bancos para que las personas se fueran a sentar, árboles que dieran sombra y lámparas que iluminaban el entorno. “Eventualmente (la edificación) la cerraron, le hicieron verjas y le quitaron el uso de espacio público, que era una de las cosas que más nos gustaba del proyecto, que tuviera una plaza integrada al entorno”, recuerda Borrell.

En esta transformación quedan descubiertas las razones por las que el arquitecto tiene más de 20 años que se desentendió de la obra, que no la visita. “Lo mismo pasa con el Acuario (también diseñado por Borrell), tengo ocho o nueve años que no voy al Acuario. Me da como pena, el descuido en el mantenimiento y como la van deteriorando y le van añadiendo cosas, una barbaridad. Me da pena, prefiero no ir”, comenta con visible emoción.

“Era una obra complicada, tanto desde el punto de vista de diseño como constructivo. No había experiencia en el uso de grúa, de montacargas, de vaciar concreto a esa altura. Fue un proceso muy interesante, de mucho aprendizaje”, dice. El proyecto original de “El Huacal” fue concebido como dos edificios de 12 plantas cada uno. “Comenzamos a construirla, a hacer la zapata y nos llegó una orden de la Presidencia diciendo que sería una sola torre de 14 edificios”, recuerda. ¿Por qué el cambio de planes? “Hay cosas que no se preguntan”, responde el arquitecto.
Otros cambios

Hoy todo lo que rodea la torre rectangular de hormigón ubicada entre las avenidas Leopoldo Navarro y México del Distrito Nacional es área de estacionamiento. El gobernador del edificio, coronel Aquilino Jiménez Gómez, calcula que todos los días acuden a sus 14 plantas 7,200 empleados públicos, de los cuales 101 responden a la vigilancia, mantenimiento y funcionamiento del edificio. En 1975 se hablaba de un recurso humano de 900 personas, en totalidad.

Hay otro cálculo interesante: de los seis ascensores, cinco están en funcionamiento y cada uno recorre, asegura Jiménez, un total de 300 kilómetros diario, así como si cada aparato viajara de ida y vuelta a Santiago. “Hicimos la estimación, trajimos una persona para que hiciera ese trabajo, se midió la altura hasta donde llegan (los elevadores) y se convirtió en kilómetros”, dice el gobernador. De los ascensores Jiménez dijo que ya “la vida útil de estos pasó”. Estos aparatos fueron cambiados en el 1997, pero ya sus piezas no están siendo fabricadas. Aun así, Jiménez garantiza que no hay peligro para subirse en ellos, pues se les da mantenimiento semanal y tienen en agenda sustituirlos, dos primero para noviembre próximo, y los cuatro restantes en agosto del 2017.

Eddy de los Santos comenzó a trabajar cuando tenía 17 años y ya tiene 40. Es de los empleados más viejos de “El Huacal” y recuerda como cosa curiosa el tiempo en que no había planta eléctrica y, evidentemente, los ascensores se quedaban sin energía en plena labor. “Los funcionarios no querían subir y era con un palo que se empujaba el ascensor a las puertas para poderlo abrir”, describe.

Entre los agregados a la edificación también hay un área de recepción, hacia la avenida México, que antes no estaba. Otro cambio evidentísimo son las palometas de los compresores de aire acondicionado que han ido adaptando al edificio y le han arrebatado la sobriedad de sus inicios. Esa adaptación tiene una explicación muy curiosa. Joaquín Balaguer no utilizaba en su oficina de Palacio Nacional aire acondicionado porque para él no era necesario. “Balaguer decía ‘mire, aquí yo abro las puertas y tengo una brisa en el Palacio que no necesito aire acondicionado. ¿Por qué, entonces, tenemos que ponerlo’?… Decía que era un gasto innecesario”, cuenta Borrell.

Características de la obra

La construcción del edificio Juan Pablo Duarte comenzó en agosto del 1971 y fue inaugurada el 21 de junio del 1975. Según una crónica de este diario que data de ese día, se construyó a un costo de RD$4,026,339, ocupa 28,716 metros cuadrados y tenía para sus inicios 309 parqueos. Su diseño respondía a las modernas tendencias de aquel tiempo, con seis ascensores.

“Toda la estructura de hormigón se dejó aparentemente sin empañetar, lográndose con esto una gran fuerza en la expresión y uso del material”, describe el reportaje. Tiene un auditorio con capacidad para 300 personas en su primer nivel que se utiliza en contadas ocasiones y cuyos asientos, escenario, sistema de audio datan del 74. Por eso Jiménez habla de que hace falta remodelarlo.

Una de las modernidades con que fue concebida fue una cisterna colocada en el tope del edificio. La idea inicial era que el agua subiera por bomba y alimentara la obra por gravedad, y así evitar que a falta de electricidad los empleados se quedaran sin líquido. La cisterna hoy continúa la labor con la que fue ideada, asegura Jiménez.

Las instituciones que están y las que se fueron

Actualmente el edificio de oficinas gubernamentales Juan Pablo Duarte aloja los ministerios de Interior y Policía, Industria y Comercio y el Ministerio de Administración Pública. También la Oficina Nacional de Estadística, tres direcciones generales, de Programas Especiales, de Minería y de Presupuesto. También está el Instituto Nacional de Administración Pública. Entre las instituciones que pasaron están el Secretariado Técnico de la Presidencia (Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo), las direcciones generales de Cédula, de Migración y de Pasaporte, los Institutos Nacional de la Vivienda (INVI), y de Desarrollo y Crédito Cooperativo (Idecoop). 

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