Debo de admitir que sí hay empresas locales que han usado el cine para promocionarse, sólo que de una manera tímida, muy selectiva y con montos muy bajos comparado con otras actividades.

En un concierto en el Estadio Olímpico de Enrique Iglesias, por ejemplo, se invierten de 20 a 30 millones de pesos y cuidado si mucho más; sin embargo, a ese evento solo asisten 40 o 50 mil personas. Una película como “Lotoman” mueve 700 mil personas que van al cine a verla, pero solo recibe de 5 a 10 millones de pesos en patrocinio, la proporción de cantidad de personas vs. la cantidad invertida no tiene ningún sentido.

Yo sé que la industria del cine aún es joven en el país, pero los números están muy claros. No entiendo cuál debe ser el proceso de aprendizaje para que las empresas inviertan proporcionalmente a los resultados.

Con la integración de productos en el cine mundial se han creado marcas que sobreviven para toda la vida. ¿Quién no quiere comprar un Audi o un BMW después de ver una película de James Bond? ¿Quién no quiere beber un refresco de cola después de ver a Julia Roberts hacerlo?

Los productos cobran personalidad y vida cuando aparecen en una película junto a nuestros personajes favoritos, se convierten en algo que forma parte de nuestra vida cotidiana y por tanto los resultados son enormes a nivel de ventas.

Yo espero que con el tiempo este fenómeno del cine local sea reconocido por las empresas como el medio por excelencia para promocionar sus marcas. Hasta la fecha el cine local mueve más personas que cualquier actividad comercial y eso se debe aprovechar. Así que piensen bien antes de invertir su dinero publicitario.

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¿Quién es Alfonso?
Director de cine. Se graduó en la Universidad de California. Ha producido series cómicas para la televisión canal. Puedes seguirlo mediante su cuenta de Twitter: @alfonsorod

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