Cuando el frío ataca en Madrid, España, Rosario Flores se queda en casa y aprovecha para compartir en familia, con sus hijos. “Es bueno para la familia”, dice.La carismática artista española, que vuelve a República Dominicana para un concierto el próximo viernes en la sala La Fiesta del hotel Jaragua, se le escucha a través del hilo telefónico con el mismo entusiasmo que muestra cuando está en el escenario. Es una mujer que vive el día a día: “Soy de corazón, vivo con intensidad y trato de disfrutar todo lo que pueda”, comentó la intérprete en entrevista con elCaribe.
Y es que la energía se manifiesta en ella dentro y fuera de los escenarios. Sin duda, su intensidad personal le mereció el bautizo como el “Huracán Flores”. A la hija de la legendaria Lola no le disgusta el calificativo. “Me encanta”, dice con una sonrisa que truena del otro lado. “Me encantaría ser un huracán en el escenario, porque tengo mucha energía, siempre digo que el que no me ha visto cantar en directo no puede saber nada de Rosario. Hay que verme en el escenario, imagínate a Lola… a Antonio Flores, que me llamen el Huracán pues me cae muy bien”, comentó la artista.
A sus 48 años, Rosario sabe cómo no abusar de la vida para poder prolongar su carrera. Suele descansar cuando no está de gira, dormir mucho y descansar la voz. Luego de una buena dormida, al otro día está recuperadita, asegura ella. “Es mi filosofía de vida, los escenarios te sacan la energía y hay que tomarse el descanso muy en serio para continuar”, señaló.
Un nuevo disco, un nuevo aire
Raskatriski no es un vocablo ruso, ni mucho menos. Era una melodía que Antonio Flores, su padre, le tarareaba a Rosario cuando era una niña. Aún recuerda el ritmo y parte de esa conexión paternal está latente en el nuevo disco de la artista que lleva el mismo nombre.
“Es una rumba, era una canción que desde ese entonces se me metió muy dentro y por eso le di ese nombre al álbum. Me gustó mucho llamarlo así”, dice la artista con un sentimiento de nostalgia. La producción recoge once temas, todos compuestos por ella. Tenía un par de años desde su último trabajo discográfico, lo que le permitió sentarse a escribir esas nuevas canciones, el tiempo perfecto para producir. “Siempre he compuesto, tengo un montón de canciones. Había grabado a otros autores para mis últimos discos. En dos años, ya tenía varias cosas ahí y cuando llegó el momento de seleccionar los temas para Raskatriski pues tenía suficiente”, comentó.
Y la intérprete de los éxitos “Cómo quieres que te quiera”, “Estoy aquí”, “Qué bonito”, “El beso”, “Sarandonga”, “Mientras me quede corazón” y “Corazón de tiza”, quedó más que complacida con su nueva producción, la cual incluye “Mi son”, un dúo con Juan Luis Guerra. Palabras de admiración hacia el gran cantautor dominicano es lo que sale de su boca.
“A Juan Luis Guerra siempre lo he admirado muchísimo. Es como si fuera mi maestro, siempre ha sido muy cariñoso conmigo cuando nos hemos encontrado en algún lugar del mundo. Tuve la osadía, porque no puedo llamarle de otra manera, de invitarle para que participara en este disco. Le mandé la canción, le gustó y para mí esto ha sido como una ‘bomba’ que el Juan Luis me diera el sí. Así surgió ‘Mi son’”, dice entusiasta la artista.
En el escenario, Rosario Flores más parece una artista juvenil, por esa intensa descarga de energía. Dice que los años no serán un pretexto para reducir ese ritmo candente propio de su estilo.
“Tengo mucho que hacer. No creo que esté ni a la mitad de mi carrera. Todavía tengo que expresar mucho más, transmitir cosas, me quiero morir con las botas puestas. Seré como una Mick Jagger [cantante de los Rolling Stones]. Seguiré igual de delgadilla. Me gusta Mick Jagger por su energía, su entusiasmo. Así voy a ser”.
Definitivamente, deseos no le faltan a la cantante para seguir, como el primer día.
Una producción especial y muy personal
Las once composiciones de Raskatriski son producto de sus vivencias. “Todas tienen que ver conmigo. Son mis experiencias, mis sentimientos, mi corazón.
Varias de esas canciones me las he cantado durante veranos, con ese sentimiento que le pongo a mis propias creaciones. Son mis penas, mis alegrías. Ahí está todo, para mí, cada canción tiene un significado muy especial, porque son cosas que las he vivido”. Así se describe esta carismática intérprete española que todavía siente el gusanillo en el estómago cuando tiene que subir a los escenarios. “Soy feliz cantando, es lo que me gusta, y espero todavía seguir dando lo mejor para todos mis seguidores”.
