Andrés Navarro: “Ya somos los que hacemos nuestra agenda internacional”

Ayer fue el primer aniversario del cierre del Plan Nacional de Regularización de Extranjeros en el país. Para ese entonces, República Dominicana se volvía centro de controversias por su política migratoria, puesta en marcha que tocó especialmente&#8

Ayer fue el primer aniversario del cierre del Plan Nacional de Regularización de Extranjeros en el país. Para ese entonces, República Dominicana se volvía centro de controversias por su política migratoria, puesta en marcha que tocó especialmente a los migrantes haitianos y las personas nacidas en el país hijos de indocumentados. Hace un año la Organización de los Estados Americanos (OEA) tenía en la mira al país, atacó con denuncias y las relaciones con Haití se paralizaron. Ahora estamos en otras aguas. El canciller Andrés Navarro dice que el país pasó de ejecutar una diplomacia “de defensiva” a la etapa proactiva de hoy. “Ya somos nosotros, la República Dominicana, los que estamos estableciendo nuestra agenda internacional”. En una entrevista con elCaribe, Navarro también analiza qué de bueno dejó la celebración de la 46 Asamblea General de la OEA. Adelantamos que, desde su perspectiva, este evento que tuvo importantes inversiones –solo US$600 mil como cuota a la OEA por ser sede de la Asamblea- valió la pena.

¿Qué balance le dejó al país esta Asamblea de la OEA?


Lo primero es el conjunto de decisiones en el marco de la Asamblea, el haber aprobado la Declaración de Santo Domingo que versa sobre el fortalecimiento institucional para el desarrollo sostenible en las Américas. Para nosotros es muy significativa la declaración por el hecho de que, primero, fue una propuesta de República Dominicana en términos de tema y, por otro lado, el borrador también fue una propuesta de República Dominicana. El país está muy comprometido, el Gobierno dominicano a aportar lo más que se pueda en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible aprobados en la Agenda 2030 de las Naciones Unidas y nuestro argumento fundamental a la OEA fue que era necesario que la OEA no quedara al margen de este acuerdo planetario sobre el desarrollo del futuro. Entendíamos que este aporte que podía hacer la OEA era en torno a una reflexión y planteamientos sobre una nueva institucionalidad que permitiera facilitar la consecución de las metas de los 17 objetivos de desarrollo sostenible (de la ONU). Una declaración como ésta sirve para establecer una serie de directrices que le permitan a los gobiernos tener una referencia de cómo actuar de manera más eficiente en torno al fortalecimiento institucional, fundamentalmente asumiendo como propósito el alcance de esos objetivos que tienen que ver con la superación de la pobreza, la reducción del hambre, mejoramiento del medio ambiente, equidad de género. Tiene que ver también con sociedades, digamos, amables con el medio ambiente, los recursos marinos y también la protección de recursos terrestres. En definitiva, (la declaración) aborda las diferentes dimensiones de desarrollo de cualquier ciudad. Otro resultado que podemos verificar de las aprobaciones que se hicieron en la Asamblea fue la Declaración de los Pueblos Indígenas, un debate que tenía más de 10 años y que no había logrado consenso. En Santo Domingo se logra ese consenso para aprobar esta resolución que está dirigida a reconocer los derechos de los pueblos indígenas y el respeto a sus tradiciones culturales e identidad. Otro logro es que la OEA aprobara a unanimidad una declaración de desagravio al pueblo dominicano por el papel triste, erróneo que jugó en la ocupación del 1965… El hecho de que ahora, precisamente en nuestro territorio, los 34 países se hayan puesto de acuerdo para responder a esta solicitud del presidente Danilo Medina de manera positiva es un gesto moral que de alguna forma alivia el dolor que provocó esta actuación de la OEA. Podemos sentirnos muy satisfechos de que este gran esfuerzo del Gobierno para hacer la Asamblea ha valido la pena.

¿Cuáles fueron esos esfuerzos del Estado para realizar este evento?

Ha sido un gran esfuerzo realmente en términos económicos. Siempre el Gobierno (sede de la Asamblea) hace un aporte a la OEA para que pueda cubrir los gastos de traslado de todo su personal, sus funcionarios y contratistas de la OEA, como intérpretes y traductores de documentos. Todo el despliegue logístico de seguridad, transporte, alimentación pues es una importante inversión que tiene que hacer el Gobierno sede. También ha sido un esfuerzo no solo financiero, sino institucional: tenemos al personal de Cancillería bajo un estrés total desde hace muchos meses trabajando el montaje de esto. Como canciller estoy muy satisfecho y realmente orgulloso de la labor del equipo de Cancillería y otras instituciones, porque todos los testimonios de agradecimiento y satisfacción de los visitantes no se han detenido. Por esa razón, cuando uno ve el impacto que tiene en la imagen del país una actividad de esta naturaleza, pero también en resultados muy concretos específicamente en situación como ésta del desagravio, vale la pena.

¿Cuál fue la inversión económica que hizo el país por la Asamblea?


Los números claros que tengo es el aporte que hicimos a la OEA, que se acerca a 600 mil dólares (RD$27 millones). Hemos hecho otras inversiones que tienen que ver con la disponibilidad de vehículos, se prevé que para los jefes de misión el Gobierno receptor les ofrece la cortesía de una habitación de un hotel, las comidas para las delegaciones, son esos los rubros sobre los cuales invertimos. Ha sido una inversión que es importante, pero para los logros modesta.

Hubo países que mencionaron su preocupación por los hijos de indocumentados nacidos en el país y por los haitianos ¿Qué procede ahora?

Realmente no fue un tema tratado, fueron menciones en algunos discursos, en unos casos de preocupación, en otros de reconocimiento de avances. Lo importante es que República Dominicana ha sido suficientemente transparente en el tema y eso llevó a que no fuera un asunto de debate ni de controversias. De mención sí porque es una problemática que le preocupa a países y organizaciones.

Denos un balance de la gestión de Danilo Medina y las expectativas de su segundo mandato

Ya el país pasó de una etapa a nivel internacional de defensiva a una etapa más proactiva. Ya  somos nosotros, la República Dominica, los que estamos estableciendo nuestra agenda internacional. Ahora de los que se trata es, con el posicionamiento de  nuestro país, su incidencia en los organismo internacionales y el mejoramiento de su imagen, trabajar en temas claves para el desarrollo nuestro como es la promoción comercial y de la inversión que  es una tarea fundamental de la diplomacia del servicio exterior de República Dominicana. También lo es el trabajo en favor de los dominicanos en el exterior, que el presidente Danilo Medina quiere dedicar mucho tiempo, recurso y esfuerzos. Igualmente es el fortaleciendo de la incidencia política de República Dominicana en los foros internacionales y organismos multilaterales.

¿Cuando dice que el país superó su etapa “defensiva” a que se refiere?

Debe recordar los dos años pasados debido al cuestionamiento internacional a nuestra política migratoria se generó una campaña negativa contra el país que obligó a la diplomacia dominicana a hacer una estrategia de defensa  ante nuestra nación. Esa etapa, sin descuidarnos claro, ya la hemos rebasado..

Usted pasó de ser arquitecto a convertirse a diplomático ¿Cómo ha sido el cambio?

Lo que me ha demostrado a mí mismo  es que mi vocación es el servicio público. No importa el área donde se me coloque, lo hare con el mismo  entusiasmo y dedicación porque mi pasión es la política y el servicio público. El ejercicio en la Cancillería  me ha permitido conocer más al Estado, conocer obviamente nuestra región, el mundo, las relaciones entre países. Pero fundamentalmente ha hecho darme cuenta de lo mucho que podemos hacer por nuestro país, no importa en el lugar  donde nos encontremos. 

Posición

Andrés Navarro asumió como canciller de la República el 15 de septiembre del 2014, después de la salida de Carlos Morales Troncoso un mes antes de su fallecimiento por leucemia. Troncoso, de 74 años, tenía una década como ministro de Relaciones Exteriores cuando renunció. Navarro, de 52 años, llegó con planes de transformar la política exterior, de convertirla en un bien útil para la ciudadanía.

El funcionario fue nombrado en medio de una reforma a la diplomacia dominicana y de un escándalo protagonizado por los altos salarios y las botellas en la nómina exterior. Con Navarro, la Cancillería en buena parte parece haber dejado atrás esa fama de ser una institución en apariencia inútil y prácticamente dormida. Hoy se muestra como una entidad cuyo norte es posicionar a la República en las relaciones multilaterales, catapultarla dentro de los organismos internacionales y, consecuentemente, ser fuente de servicio a la diáspora dominicana.

El arquitecto de profesión fue una figura clave en la defensiva que libró el país ante ataques por la reforma migratoria nacional (principalmente el Plan de Regularización de Extranjeros y la Ley de Naturalización 169-14). Esos ataques, por el momento, pertenecen al pasado. Ahora en el 2016 el país asumió una serie de compromisos internacionales como la organización de la Asamblea General de la OEA y la presidencia pro tempore de CELAC. Para Navarro, estas responsabilidades han venido a ayudar a la República Dominicana a su notoriedad el marco internacional.

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