Tiempos atrás los muertos de campaña se quedaban así y nadie se acordaba. Las cosas han cambiado. Hay menos violencia en las campañas políticas y se investiga y se procesa a los que matan a otro en medio de una caravana, por diferencias partidarias. Son crímenes y quien los comete debe pagar por ello.
Quizá por eso hay menos matadores y menos víctimas en el fragor político aquí, últimamente. La denuncia del presidente de la Junta Central Electoral de que paramilitares intentaron incidir en el proceso electoral y que se atentó contra la página web de este organismo, debe investigarse hasta las últimas consecuencias y, si fue así, sus ejecutores pagar por estos delitos.