Onfalia Morillo: “Heredé de mi padre la pasión por los deportes”

Por más de tres décadas Onfalia María Morillo Messina ha estado dedicada a la crónica deportiva, oficio que, a su entender, le ha llenado de grandes satisfacciones y una de ellas ha sido haber abierto el camino a la gran cantidad de mujeres que…

Por más de tres décadas Onfalia María Morillo Messina ha estado dedicada a la crónica deportiva, oficio que, a su entender, le ha llenado de grandes satisfacciones y una de ellas ha sido haber abierto el camino a la gran cantidad de mujeres que hoy en día están dedicadas a esta área de la comunicación, “que no son dos ni tres”.

De sus inicios, ella recuerda que fueron bien difíciles, por el machismo existente entre los hombres dominicanos que no veían con buenos ojos que una mujer estuviese involucrada en este tipo de trabajo, pero gracias a su perseverancia, tenacidad y pasión por lo que hacía, nunca se dio por vencida y los tropiezos no fueron obstáculos para llegar al sitial en que hoy se encuentra y haberse ganado el respeto y cariño de la fanaticada que día a día sigue su programa que se transmite por CDN2.

El mayor anhelo de Onfalia es poder retirarse con dignidad y dedicarse a su familia, que es su mayor tesoro; además de colaborar con obra sociales, en especial con alguna entidad que trabaje con niños especiales, específicamente con autistas, como un homenaje a uno de sus nietos que tiene esta condición.

1. Mi niñez
Transcurrió viviendo en distintos países, porque mi padre fue embajador en Guatemala, Nicaragua y Colombia. Luego, mi papá se fue a vivir exiliado a Puerto Rico y mi madre y yo también nos fuimos con él. Tuve una niñez muy bonita, fui muy querida por mis padres y siempre compartíamos en familia.

2. Mis padres
Mi padre fue el médico-psiquiatra Gilberto Morillo De Soto, de él heredé la pasión por el deporte y mi buen humor, también le gustaba la guitarra. Mi madre Onfalia Messina, era ama de casa, contrario a papá ella era una mujer sosegada y tranquila. Ella me enseñó el respeto y el sentido de la responsabilidad. Soy sobrina de la fallecida comunicadora Susana Morillo, ella era hermana de mi padre y al parecer de ella he heredado esa vena de comunicadora.También tengo una  prima que vive en Uruguay, hija de mi tía Yolanda, también sobrina de Susana, que es periodista, trabaja en radio y televisión. Aunque en áreas diferentes ha habido una continuación en el legado de comunicar de nuestra tía.

3. Mis hermanos
Tengo dos hermanos. Uno de padre, que es el mayor, es médico y se llama Miguel Ángel; el otro, Gilberto Temístocles Morillo Messina, que es el menor, hijo de mi madre y mi padre. Con ambos tengo una excelente relación, aunque comparto más con el menor. Estamos siempre juntos, vamos a la playa con la familia, nos reunimos para preparar los regalos en ocasiones especiales. Esto no quiere decir que quiero a uno más que al otro, ambos son mis hermanos queridos.

4. Una travesura
Recuerdo que mis padres acostumbraban a tomar una siesta luego de almorzar, y un día se me ocurrió ir a la casa de mis primas, que vivían a unas cinco o seis cuadras de mi casa. Tomé el carro de papá a escondida y en el camino me picó una avispa, solté el guía con todo y me metí en un solar baldío. Le hice un pequeño choque al carro, le di hacia atrás, salí de ahí y fui calladita y lo puse de nuevo en la marquesina. Luego me acosté calladita y me hice la dormida. Cuando mi padre se levantó y encontró su auto chocado, pensó que había sido mi hermano Gilberto que lo había hecho, porque era muy intranquilo y travieso, le dio una tremenda pela y un castigo. No he contado mucho sobre esta gran travesura que hice, quizás le conté la verdad a mi hermano luego de adulto.

5. Mis estudios
Estudié en Washington, cuando mi tío, el doctor Milton Messina, era embajador dominicano allí. Luego, vine al país y me inscribieron en el colegio Carol Morgan; luego, me cambié al colegio Santo Domingo donde estuve por cinco años y me gradué de bachiller. Más tarde, me inscribí en el instituto Greem a estudiar un secretariado bilingüe, en realidad quería estudiar Medicina, pero esa es una carrera muy costosa y yo no contaba con suficientes recursos, ya que mi padre murió cuando yo tenía 18 años.

6. Mis amigas
A lo largo de los años, mis compañeras del colegio con las que me gradué se convirtieron en mis mejores amigas. Hasta la fecha nos reunimos unas 18 ó 20, un mes sí y uno no. Hay otro grupo que nos decimos el “petit comité” que nos juntamos cada quince días y programamos qué vamos a hacer para el próximo mes. Además de mis primas hermanas las Messina, que somos grandes amigas y nos queremos muchísimo, mi mejor amiga fue Antonia Amelia Batlle, nuestras madres nos ponían en un corral, en lo que ellas jugaban canastas. Fue una amistad de toda la vida.

7. Mi primer trabajo
Lo obtuve a los 18 años, en el Ministerio de Relaciones Exteriores, allí me fue muy bien, permanecí por 12 años. Entré como agregada a la división de Protocolo, todo el mundo me trataba con mucho cariño, ya que venía de una familia de diplomáticos, como mi abuelo, un tío y mi padre. Mi jefe fue el embajador Nadal Rincón. Él murió hace poco tiempo.

8. Ser madre
Es lo más lindo del mundo, es la mejor experiencia que se puede tener, el saber que ese ser ha nacido de ti, es algo que no tiene precio. Tengo dos hijos maravillosos que son mi todo, mi mayor tesoro. La mayor es Lidia Esther Santana Morillo de Infante y el menor, Jaime Alberto Santana Morillo. Recuerdo que cuando nació la primera yo me preguntaba cómo la cuidaría, tuve muchos pensamientos encontrados, pero mi madre me ayudó mucho con esta tarea.

9. Ser abuela
Tengo seis nietos, varones todos; tres de uno y tres de otro de mis dos hijos. Me los disfruto al máximo, son los que más se gozan, son lo más lindo, se quieren sin responsabilidad. Cada vez que se puede me los llevo de fin de semana a mi casa de verano de El Limón en Samaná y siempre ando buscando un motivo para estar con ellos. Los adoro.

10. La pérdida de un ser querido
La muerte de mi gran amiga Antonia Amelia Batlle, en un accidente automovilístico, me impactó mucho. También la pérdida de mi madre, aunque fueron dos hechos tan distintos.Mi mamá ya tenía 86 años cuando falleció y había sido una mujer que disfrutó a plenitud su vida e hizo casi todo lo que quiso hacer, además estaba enferma. Contrario a mi amiga que murió tan sorpresivamente.

 Su llegada a la crónica deportiva

A mi padre le encantaba el deporte y creo que esta pasión la heredé de él. Yo llego al mundo de los deportes por casualidad, antes se usaban mucho los extra innings, que eran los restaurantes donde se hacían programas en vivo después de los juegos de pelota, para la gente analizar las jugadas y lo que había pasado. Una vez fui a una de esas transmisiones y me entrevistaron. Al decir lo que yo creía del juego de ese día, y ellos ver mi desempeño y los conocimientos que tenía sobre el tema, el cronista deportivo Max Álvarez me llamó y me preguntó que si deseaba hacer un programa deportivo junto a él, de 7:00 a 7:30 de la noche por radio Continental, desde la Ceniza, un restaurante que existía en el Malecón. Ahí comencé en los años 80, luego me independicé y estuve con Gustavo Rodríguez, en Deportes y Algo Más, que permaneció por muchos años.

Al final, George Rodríguez y Claudio Haneley (fallecido), me llamaron en 1987 para Centro Deportes. En la televisión empecé trabajando con Socorro Castellanos en su programa, donde hacía algo de deportes.

En la actualidad continúo con mi  programa Centro Deportes, junto a Frank Prats, además de otros proyectos particulares.

Gran compañero
“He trabajado con Frank Prats desde la creación de Centro Deportes en 1987. Es un amigo muy querido, aunque vivimos peleando lo quiero mucho, ja ja ”…

Buen consejo
“A los jóvenes cronistas deportivos les aconsejo que estudien, que se preparen, para que puedan permanecer por muchos años”.

Un equipo
“Desde niña he sido enferma con el Escogido”, me hubiese gustado estar en San Francisco en el Clásico Mundial, apoyando nuestro equipo”.

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