Para Raysa Rodríguez de Cruz la tradición de coleccionar adornos y casitas alegóricas a la época navideña viene de su madre Cruz Amalia Sotomayor, a quien le fascinaba este hobby.Desde que eran muy pequeños, Raysa y sus hermanos veían poner lo que su progenitora llamaba El Nacimiento, el cual estaba elaborado con diferentes materiales como: papel crepé y figuras de yeso. “Estos eran momentos que todos disfrutábamos en familia”.
“Su orgullo crecía y la llenaba de alegría porque muchas personas se paraban en los alrededores de la casa a contemplar todos los adornos”, expresó Rodríguez de Cruz con notable alegría.
“La puesta en exhibición de este pueblito mágico y los demás detalles que adornan el hogar están bajo la responsabilidad de las mismas personas que ayudaban a mi madre en el pasado y que con nostalgia recuerdan esos tiempos cuando aún ella era la encargada de embellecer cada rincón de su residencia.
La colección cuenta con unas 30 casitas, que forman una villa dotada de estación de tren, carruseles, montañas, parques, teleférico, Santa Claus, nacimientos y accesorios de todo tipo y tamaño.
“Mi parte favorita de este pueblo es la iglesia de la Natividad, que es parte de la tradición religiosa y del catolicismo al que pertenezco, que no es tan tradicional en algunos países donde por lo regular cae nieve. El pueblecito está por completo copado de nieve, realicé un viaje a Canadá, allí conocí lo que en realidad era una Navidad como lo imaginamos todos, invadida de nieve, y me fascinó por completo”, asegura Rodríguez de Cruz.
“La Navidad me encanta porque me recuerda a mi madre, para mí es una conexión directa con ella. Para mí y mis hermanos la palabra Navidad y mi madre tienen el mismo significado, por tal razón me llena de mucha satisfacción poder adornar su casa, sé que donde ella esté, está súper feliz de ver su hogar adornado con hermosos detalles, tal y como a ella le fascinaba adornar”.
