Santiago. El programa social y educativo “Niños con una Esperanza”, que celebra 10 años de fundado, inició una segunda etapa, con la apertura de nuevas estrategias de desarrollo.Según su director, pastor Pablo Ureña, el programa que inició en el verano del 2004, con el rescate de varios niños y niñas que hacían labores de adultos en el depósito de basura de Rafey, esta vez han arrancado con un avanzado sistema de educación inicial que le ha permitido acoger a otros 60 infantes, cuyos padres no tienen las condiciones de educarlos.
Justamente ayer miércoles se iniciaron las clases para el grupo de niños y niñas entre las edades de tres a cinco años.
Estos alumnos formarán parte de una agenda de enseñanza ajustada a los estándares que exige el Ministerio de Educación, explicó el pastor Ureña.
Para el inicio de la atención educativa para los menores, el personal del centro preparó varias aulas con los requerimientos adecuados.
En estos 10 años, el centro ha motivado también el inicio de otros programas, para lograr que jóvenes y adolescentes puedan aprender actividades que sirvan para su desarrollo como entes de la sociedad.
“Acabamos de recibir los recursos para comprar los materiales y contratar las facilidades necesarias para preparar un curso de electricidad comercial e industrial”, dijo Pablo Ureña. El pastor indicó que a pesar de las limitaciones económicas que enfrentan, hacen lo posible para que los beneficios del programa sean la plataforma para la formación de aquellos niños y niñas que no tienen los recursos básicos para estar en un centro de atención educativo y cuidado familiar.
Manifestó que se motivaron a crear el nivel inicial por la dificultad que tienen muchas madres para dejar a sus hijos y salir a trabajar.
“Esto le resuelve el día para trabajar, además de que aquí sus hijos serán educados y cuidados”, refirió. El programa tiene otros 260 infantes a los que brinda educación.
