“Quiero dar a esas personas un poco de lo que Dios me ha dado”

Katy Ortiz nació y se crio en el barrio Cristo Rey, un lugar de familias de escasos recursos, donde vivió su niñez y adolescencia.

Katy Ortiz nació y se crio en el barrio Cristo Rey, un lugar de familias de escasos recursos, donde vivió su niñez y adolescencia. Aunque desde hace tiempo, Ortiz ofrece ayuda, no solo a los moradores de ese sector, también lo hace con personas necesitadas, tanto del Distrito Nacional, como del interior del país. En ese sentido, para hacer más formal su programa de ayuda, la cual realizaba como “Katy Ortiz”, ha inaugurado recientemente la Fundación Kaisha Salomé, con la finalidad de “compartir con ellos un poco de lo que Dios me ha dado”, proveyéndoles a los niños y adolescentes los servicios de salud y educación para mejorar el bienestar social de esas personas de escasos recursos. En visita a la redacción del elCaribe, esta emprendedora mujer, destacó que “nuestra prioridad, además de los niños y adolescentes, son los envejecientes, por los cuales trabajaremos por su bienestar físico, emocional, espiritual y social, proporcionándoles una vida digna, con acceso a la medicación, alimentación y protección, tanto física como emocional, entre otros servicios”.

¿Cómo surge la Fundación Kaisha Salomé? Háblenos de ella?
Yo nací y me crie en Cristo Rey, donde he podido notar que muchas de las personas que estudiaron junto conmigo no tuvieron la misma oportunidad que yo, que fue un hogar, tal vez no el mejor, pero sí donde me enseñaron el significado de los valores familiares y de lo bueno que es ser útil a la sociedad. Entonces, he visto tantas carencias en el sector, y aunque siempre he ayudado a los niños, adolescentes y envejecientes, dentro de mis posibilidades, no solo en mi barrio, sino también en el interior del país, pero solo como Katy Ortiz, entonces un día una amiga, al ver mi forma desprendida, no solo de cosas materiales, sino de mi tiempo para ayudar, me sugirió crear una fundación para que esa ayuda la hiciera de manera más formal y organizada. Entonces empezamos a trabajar ya más formal, y de ahí surge la Fundación Kaysha Salomé en la Zona Oriental.

¿Cuáles son los objetivos fundamentales de la fundación?
Ayudar a los envejecientes a partir de los 60 años, que son los más necesitados, proporcionándoles sus alimentos primarios, atención médica y medicamentos, entre otros servicios, para que tengan una mejor calidad de vida. También trabajamos por el bienestar físico, emocional, espiritual y social de niños y adolescentes de escasos recursos, con el fin de proveerles una vida digna, con acceso a la educación, medicación, alimento y protección, tanto física como emocional.

¿Hasta qué edad son apadrinados estos niños?
Nosotros apadrinamos los niños hasta los 12 años, para así darles la oportunidad a otros niños que sean beneficiados con nuestros proyectos de ofrecerles educación primaria. Porque si tú haces una buena zapata es difícil que se te caiga un edificio. Entonces es darle la oportunidad de que asistan a la escuela. Muchos de ellos no van, porque no tienen uniforme, zapatos que ponerse o cuadernos. Recuerdo que cuando yo era pequeña, usaba los cuadernos partidos a la mitad, y uno lo dividíamos para dos asignaturas. Eso es lo que yo no quiero para ellos. Que sus padres no tengan que cortar un cuaderno en dos, ni mucho menos su lapicito.

¿Recibe algún tipo de ayuda?
No. Ojalá podamos encontrar quien nos apadrine ya sea un niño, un joven, así ellos tendrían espacio para estudiar y alejarse de las cosas malas y puedan encontrar en los estudios su forma de superación.

Además de Cristo Rey, ¿a que otro lugar asiste la fundación?
Nosotros llevamos estas ayudas también a Azua, San Juan, Arrollo Cano, Tamayo, en Santana, Mao, Manzanillo, Santiago, entre otros. Yo me muevo a todos esos lugares a llevarles un poco de lo que Dios me ha dado, alegría, una esperanza de superación y mejorar su calidad de vida. Algo importante, es que aunque mis hijos están pequeños, los integro a las labores sociales de la fundación para que vean la necesidad y carencias de muchos niños, para que tomen conciencia de que aunque, tal vez tengan un estatus social un poco más alto que esas personas, eso no te hace mejor que nadie. Mis hijos juegan con esos niños, me ayudan en la entrega de juguetes, de alimentos, de útiles escolares… Me gusta que ellos se integren, que sientan la parte humana y que vayan creciendo y viendo la importancia de dar a nuestros semejantes, no lo que nos sobre, sino de lo que Dios nos da. Que no se crean que porque Dios le ha dado la oportunidad de una mejor calidad de vida sean mejores que otros. No, es así, todos somos iguales delante de los ojos de Dios.

¿Cuáles son los proyectos futuros de la fundación?
Yo tengo mi negocio personal que es un centro de belleza, entonces ahí, donde tengo mi negocio, funciona la oficina de la fundación. Allí tengo terreno vacío, donde con Dios por delante quiero construir un local, donde podamos tener una escuela, donde podamos ofrecer educación técnica, donde las mujeres puedan aprender belleza, masaje, secretariado, entre otros, para que se conviertan en mujeres útiles a la sociedad, y que mediante a esos cursos puedan conseguir el sustento de sus hijos y sus familias. También, tenemos en carpeta, una guardería para el cuido de sus niños mientras ellas trabajan, totalmente gratis. Es decir, que se puedan ganar su dinero haciendo trabajos a domicilio y así poder cuidar a sus hijos y sus hogares. Sería de mucha importancia para la fundación, encontrar personas que nos apadrinen ya sea un niño, o un adolescente, o tal vez un adulto mayor, que den un poquito de lo que Dios les ha dado. Y de mi sector, que es Cristo Rey, encontrar personas que nos colaboren y que se centralicen en las propias necesidades que tenem el barrio.

¿Es un sueño que tienes como fundadora de la fundación?
Me sería de gran satisfacción poder decir con orgullo el día de mañana, mi fundación ayudó a esos muchachos o muchachas a ser ingeniero; a ese, doctor; a esa licenciada…. Poder decir que gracias a la fundación y la ayuda de mis colaboradores, sacamos a ese muchacho de la calle, a esa muchacha de la calle… esa sería mi mayor satisfacción.

Objetivo
Nuestra meta es ofrecer los servicios de salud y educación técnica para mejorar el bienestar social de las personas de escasos recursos”.

Satisfacción
Me gusta que mis hijos se integren a las labores de la fundación, que sientan la parte humana y que vayan creciendo viendo la importancia de dar a nuestros semejantes”.

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