En el recién publicado libro sobre financiamiento de los partidos políticos en América Latina, Casas y Zovatto cita la célebre frase del político norteamericano Jesse Unruh, quien sentenció que “el dinero es la leche materna de la política”, en referencia a la vital importancia que tienen los recursos económicos para esta actividad en cualquier sociedad.
Es cada vez mayor la influencia que está teniendo el dinero en el quehacer político, al grado de que diversos autores definen nuestros sistemas políticos como plutocracias.
Sin dudas, la relación entre el dinero y la política es uno de los problemas más serios que tiene la democracia en la región, situación a la que no escapa la República Dominicana. Esto lo decimos, porque el dinero ha estado ocasionando serias distorsiones en el sistema político, debido a que genera una gran inequidad en la competencia electoral y a su vez, se constituye en un elemento que propicia el desconocimiento de un derecho político de las personas, como es el de ser elegidas. Esto es muy peligroso, sobre todo porque la democracia supone el reconocimiento de los derechos políticos fundamentales de los ciudadanos y ciudadanas.
En el país, esta situación se agrava por el hecho de que existe una total falta de regulación del financiamiento político, sobre todo del que procede de fuentes privadas. Si la utilización del dinero en la política no es regulada o es mal regulada, el financiamiento y la forma en que se genera, puede ocasionar serias amenazas al sistema político y al régimen democrático.
Precisamente, una de las amenazas más preocupantes es la que tiene que ver con la entrada de dinero ilícito a la actividad política. Este es un tema que se ha estado debatiendo con intensidad durante las últimas semanas y que requiere que se le preste la atención debida, de forma tal que la confianza ciudadana en el sistema político no se vea afectada. Existe una tendencia cada vez mayor, a que dinero procedente del crimen organizado infiltre la actividad política en nuestro país.
El propósito de este tipo de financiamiento, es que sectores vinculados al narcotráfico y crimen organizado, cuenten con la protección y la impunidad por parte del Estado frente a sus actividades criminales.
Si no se establecen con urgencia los mecanismos efectivos de control y fiscalización del financiamiento político, esta leche, que es el dinero invertido en las campañas, terminará sentando muy mal, hasta casi intoxicarlo, en el cuerpo político de la sociedad dominicana.
