De no haber sido por el estilo diplomático, calmado, del presidente de la Junta Central Electoral, Julio César Castaños Guzmán, la respuesta que le dio ayer a la oposición acerca del reclamo de la reestructuración de las juntas electorales, habría sido calificada de “los puso en su puesto”, como en el argot popular se define a los famosos boches. Pero la forma del funcionario—que necesariamente no altera en nada el fondo—hace que la exposición a los dirigentes de la oposición luzca como solo una advertencia, una precisión, a lo sumo.
Pero si el presidente de la JCE no delimitaba los roles, en esta segunda visita, en una tercera quién sabe qué le exigirían.