La ley de partidos y el nuevo Congreso

El pasado 16 de agosto el Congreso Nacional dio inicio a otra jornada tras la instalación de las nuevas autoridades de las dos cámaras.La sociedad espera que al fin sean aprobados viejos proyectos de ley que desde hace años figuran…

El pasado 16 de agosto el Congreso Nacional dio inicio a otra jornada tras la instalación de las nuevas autoridades de las dos cámaras.

La sociedad espera que al fin sean aprobados viejos proyectos de ley que desde hace años figuran en el “baúl de los recuerdos”.

Lo congresistas del Senado y de la Cámara de diputados que sometieron esos proyectos de ley deberán redoblar sus esfuerzos para que sus iniciativas encuentren un eco positivo.

El proyecto más sonado -y viejo- es el referente a la llamada ley de partidos. La ley de partidos es una necesidad para la democracia.

Politólogos, por consenso -esto si revisamos las declaraciones a la prensa de esos técnicos- reclaman que sea aprobada la ley de partidos.

La cháchara política no ha pasado de manidas publicaciones. Cada vez que comienza una legislatura se vuelve a decir que “definitivamente vamos a ser realidad esta ley”.

Es tan vieja esta iniciativa congresual que en el 2009 la prensa publicó, a todo trapo periodístico, que “la ley de partidos está casi insertada en la Constitución de la República”.

Leamos lo que se publicó ( ¡increíble!) hace siete años: “El proyecto de ley de partidos políticos se aprobará por las cámaras legislativas antes del 15 de septiembre, aseguró el presidente de la comisión de diputados que estudia la pieza, Rafael Calderón”.

Tras reunirse con el presidente de la Junta Central Electoral, Julio César Castaños Guzmán, éste informó la solicitud de que la ley no exija la celebración de primarias a los partidos minoritarios, pues sólo reciben el 20% del financiamiento del Estado.

Castaños Guzmán admitió que la ley se podría aplicar para las elecciones de 2010 porque las primarias serían a finales de noviembre y no a principios”.
¿Qué les parece?

Han pasado siete años y seguimos escuchando la misma mentira: “Que el Congreso aprobará, sin más dilación, la ley de partidos”.

En la agenda de la nueva legislación figura, en orden de prioridad, para discutir la ley de partidos.

Ahora hay confianza en que el doctor Reinaldo Pared Pérez, quien ha regresado a la presidencia del Senado, no vacilará en corroborar con tan trascendente proyecto.

Tengo la seguridad de que ocurrirá igual con la nueva presidenta de la Cámara de diputados, Lucía Medina, quien es ya una veterana en las lides legislativas.
¡Estemos bien atentos!

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