Los alcaldes, reunidos en asamblea y a unanimidad, aprobaron un presupuesto de 774 millones de pesos para el año 2013 a la Liga Municipal Dominicana (LMD). El procedimiento está contemplado en el artículo 108, de la Ley 176-07, del Distrito Nacional y los Municipios, que da la facultad a los síndico a decidir el presupuesto de ese organismo.
Cada año se repite la misma historia y de una manera inexplicable, porque el pan nuestro de cada día es que los ayuntamientos argumenten que no cumplen sus obligaciones por falta de recursos, pero son muy ligeros en levantar la mano para aceptar que el 5% del presupuesto destinado a las alcaldías vaya a parar a una institución que no cumple con su obligación y que por años ha sido difícil conocer el destino de esos recursos.
La situación es más criticable, porque la asignación de recursos a la LMD supera el presupuesto de todos los cabildos dominicanos, con excepción de los ayuntamientos Santo Domingo Este, Distrito Nacional y Santiago, en detrimento de las comunidades que no tienen resueltos servicios básicos, como recogida de basura u ornato.
Datos del desaparecido Consejo Nacional de Reforma del Estado establecen que los 15 municipios más pobres del país reciben solo el 1% de la transferencia que hace el Gobierno Central a las municipalidades. Con esa situación no tienen forma alguna de ayudar a sus pueblos.
El afán de recursos de la secretaría general de la LMD no se detiene en ese presupuesto millonario que recibirá en el 2013, sino que se atrevió a camuflar un préstamo por 400 millones de pesos en el proyecto de empréstito hecho por las alcaldías para poder pagar la regalía pascual a sus empleados.
Afortunadamente representantes del Frente Amplio advirtieron sobre esa barbaridad y ojalá los legisladores se tomen la molestia de revisar la iniciativa.
La secretaría general de la Liga Municipal ni siquiera guardó las apariencias, en momentos en que se cuestiona el uso dado a los recursos de ese organismo en las pasadas gestiones.
