Un decreto presidencial le acaba de poner la tapa al pomo a la gestión nada diplomática del embajador que el gobierno dominicano acreditó ante el régimen del presidente Juan Manuel Santos, de Colombia. Héctor Galván ha sido relevado por el licenciado Bruiny Garabito, quien era ministro consejero de larga data. Galván fue suspendido desde el pasado 25 de marzo y llamado a venir al país, después que llovieran las quejas por muchas de sus actuaciones, incluyendo su orden para retirar del vestíbulo de la sede dominicana en Bogotá un busto del patricio Juan Pablo Duarte y su lanzamiento, como cualquier basura, en un zaguán, debajo de una escalera, motivado en que el exembajador es profesante de una secta religiosa que no cree en el culto a imágenes. El decreto destituyendo a Galván fue enviado al Senado, tras haberse recibido el beneplácito del gobierno colombiano para que Garabito asuma, y la Cámara Alta confirmó la designación. ¡Je, je, je…!
No valió el acoso
No valieron ni el pataleo ni los padrinos ni el cabildeo ni el gardeo a presión por ver al presidente Danilo Medina para evitar lo inevitable después de tantos yerros y acciones antidiplomáticas. El decreto sustituyendo al embajador dominicano en Colombia se manejó con tanta discreción que mucha gente se enteró del relevo cuando en el Senado de la República, siguiendo lo que manda la Constitución, se dio entrada a la designación del licenciado Bruiny Garabito y lo ratificó el plenario. ¿Y el relevado embajador? ¡Bien gracias! Me dicen que por ahí cabildeando que lo designen en otra posición en el servicio exterior. ¡Buuueeenooo…!
En las entrañas
El camarada Fidel Santana, del Frente Amplio de Lucha Popular (Falpo) anda por los nuevayores y sus contornos en actividades proselitistas, después de tantas prédicas contra “el imperialismo yanqui que está languideciendo y en vías de extinción”. Es lo que se llama penetrar a las entrañas del monstruo. ¡Felicidades…!
