Lluvias, manejo de presas e inundaciones

Durante la semana que acaba de terminar las lluvias continuaron desbordando ríos, socavando malos aproches de puentes, rompiendo carreteras arcillosas saturadas e inundando ciudades y campos de toda la zona Norte del país, principalmente en las…

Durante la semana que acaba de terminar las lluvias continuaron desbordando ríos, socavando malos aproches de puentes, rompiendo carreteras arcillosas saturadas e inundando ciudades y campos de toda la zona Norte del país, principalmente en las provincias de Puerto Plata, María Trinidad Sánchez, Samaná, Juan Sánchez Ramírez, Duarte, La Vega, Espaillat, Santiago y Monte Cristi, donde las precipitaciones han alcanzado los 150, 175, 200 y hasta 225 milímetros de lluvias en 24 horas, lo que explica las rápidas crecidas de ríos y arroyos, y las rápidas inundaciones de las vecindades, al extremo de que la Agencia Aeronáutica y Espacial de los Estados Unidos (NASA) acaba de publicar que utilizando imágenes de satélite han calculado que las precipitaciones torrenciales que han caído sobre la zona Norte de la isla Hispaniola, entre el 8 y el 15 de noviembre de 2016, han superado los 230 milímetros y que en tal virtud se han producido severas inundaciones en toda esa zona.

Pero mientras la NASA está muy pendiente al total de lluvias caídas en la zona Norte de la isla Hispaniola, específicamente entre Puerto Plata y Nagua, algunas autoridades dominicanas encargadas de emitir alertas tempranas, para proteger vidas y propiedades, se empeñan en emitir alertas tardías cuando ya todos los ríos están desbordados, pues del mismo modo en que durante la primera gran inundación de Puerto Plata la ciudad estaba bajo alerta verde, y no bajo alerta roja, en esta semana se repitió el mismo escenario, y mientras hasta el aeropuerto internacional La Unión estaba totalmente inundado, la alerta vigente para Puerto Plata era una alerta verde, y no una alerta roja, y en ambos casos la gente de Puerto Plata se preguntaba por qué no habían sido alertados anticipadamente, como debe ser, antes de cada evento hidrometeorológico extremo, y se preguntan además si ello se debe a falta de equipos de alta tecnología, a la falta de suficiente personal técnico para procesar e interpretar datos de manera adelantada, o a falta de tiempo de quienes deben asumir estas tareas de protección a la población.

Algo similar también ocurría esta semana con la presa de Tavera, pues este viernes, en horas de la mañana, la presa estaba en la cota 325 msnm, exactamente el mismo nivel que tenía en fecha 11 de enero de 2007 cuando llegaba al país la tormenta Olga, y que por no prestar atención a nuestras sanas advertencias emitidas a través de la emisora Zeta 101 esperaron hasta la media noche a que entrara la crecida pico de la tormenta y entonces abrieron simultáneamente, y totalmente, las 6 compuertas, y vertieron 5 mil metros cúbicos por segundo, inundando a Santiago y matando a muchísima gente, y no obstante esa negativa experiencia, y no obstante ver que los modelos de pronósticos de lluvias indicaban que durante la tarde y la noche de este pasado viernes 18 de noviembre caería mucha lluvia sobre las provincias de Santiago, La Vega y Puerto Plata, no se daban señales de abrir preventivamente las compuertas para reducir gradualmente el nivel del agua acumulada en la presa, siendo necesario que de nuevo advirtiéramos a través de la Zeta 101 sobre la preocupante situación de la presa y la necesidad de verter al menos 300 metros cúbicos por segundo.

Aunque esa alerta que emitimos a través de la Zeta no fue del agrado de algunas autoridades del área de la prevención de desastres, dos horas más tarde el Comité de Operación de Presas autorizó verter 150 metros cúbicos por segundo, adicionales a los 110 metros cúbicos por segundo que ya salían por las descargas de las turbinas de hidrogeneración, con lo cual se desaguaban unos 250 metros cúbicos por segundo, pero al ver que las lluvias arreciaban decidieron aumentar a 350 metros cúbicos por segundo, y ya a las 4 de la tarde, al ver que a la presa entraban 404 metros cúbicos por segundo, decidieron aumentar la descarga hasta 400 metros cúbicos por segundo, lo que generó todo un caos en la ciudad de Santiago, al extremo de que un desaprensivo distribuyó un alarmante audio donde aseguraba que ese aumento en la descarga, y esa crecida del río Yaque, se debía a que la presa se estaba rompiendo y que habría una tragedia, lo que puso en gran susto a muchísima gente en el Cibao y en el extranjero, especialmente en Estados Unidos, y muchísima gente nos llamaba o nos escribía para preguntar si era cierto que la presa estaba rota y en proceso de colapso, lo cual desmentimos de inmediato.
Lo que sí es cierto es que después de verter durante 24 horas cerca de 30 millones de metros cúbicos de agua, la presa seguía cerca de la misma cota 325 msnm, lo que indica que si no se hubiesen abierto preventivamente las compuertas se hubiese complicado la situación del manejo de esta presa de tierra con la entrada de 30 millones de metros cúbicos de agua, y aunque esta vez el manejo fue menos malo que en fecha 11 de diciembre de 2007, todavía se requiere coordinar mejor, y más a tiempo, el manejo operacional de emergencias en las presas dominicanas, y hacerlo en base a buenos modelos de pronósticos meteorológicos, con lo cual evitaríamos tragedias como la de diciembre de 2007, y evitaríamos malsanos rumores como el de este pasado viernes que puso en zozobra a una gran parte de la población que al no estar familiarizada con el tema de presas acepta como verdadero cualquier falso y malsano rumor. 

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