Aunque hasta ahora fue una tradición, a Danilo Medina no le dieron tregua en los primeros 100 días de su Administración. Fue una candelita aquí, otra por allá, otra por acuyá, pero a El Titán de Bronce no lo dejaron tranquilo en este período, que hay quienes califican como la luna de miel de cada gobierno que se inicia. Sus adversarios han buscado todos los pretextos habidos y por haber, todos los periquitos, para mantener al nuevo régimen como si fuera un puerco en puya, y desde dentro, es decir, desde su propio partido, no han faltado los que no han soltado la candelita aunque, a decir verdad, han guardado las apariencias. Palo si boga y palo si no boga…
Sí, era él
Los que integraban el grupo que andaba de playa por el Este, entre ellos varios conocidos empresarios, iban muy animados desde Bayahíbe para la Saona, tomando el candente sol y, obviamente, apurando algunas “frías” y deliciosas exquisiteces calientes y al natural, cuando al llegar a Palmadilla, esa área que muchos han bautizado como “piscina en medio del mar”, (¡oooh sorpresa!), reconocieron a cierta distancia, zambulléndose una y otra vez en las aguas cristalinas y cálidas del mar Caribe en compañía de varios amigos, al poderoso exministro, gorra azul (como la de su equipo favorito en el torneo de beisbol ¿invernal?) cubriéndole la cabeza parcialmente, bermuda sobria y el torso desnudo brindando una incuestionable exhibición de obesidad in crescendo. Las libras de más del exfuncionario llamaron tanto la atención como los cuatro motores fuera de borda de la embarcación en que había llegado allí con sus compartes, y no faltaron quienes dejaran caer comentarios, medio en broma medio en serio, de que “esas libritas son por la vida sedentaria que está llevando desde que salió del Ministerio”. “Se va a dañar si sigue así” y/o “no se le puede criticar por darse esos gustos, porque amén de que no es de ahora que lo hace, él siempre ha sido así: amante de la buena vida y de la bohemia”. ¡Je, je, je…!
