Los alguaciles aspiran a que se valore su papel en la justicia

Los alguaciles son quienes ejecutan sentencias civiles, embargos, desalojos llevan cartas de citaciones. Es por ello que se perciben como aves de mal agüero: las noticias que por lo regular traen bajo el brazo no son buenas.Es la idea…

Los alguaciles son quienes ejecutan sentencias civiles, embargos, desalojos llevan cartas de citaciones. Es por ello que se perciben como aves de mal agüero: las noticias que por lo regular traen bajo el brazo no son buenas.

Es la idea que tiene el presidente de la Asociación Dominicana de Alguaciles (ADA), Hipólito Girón, cuando argumenta las posibles razones por las que sus compañeros tienen una reputación manchada y, a veces, son víctimas de maltrato. “Algunos de nosotros han perdido la vida haciendo uso de su facultad porque esta labor a veces es incomprendida. Otros han sido abofeteados, agredidos física y verbalmente”, cuenta Girón.

Estos funcionarios son un eslabón más del proceso judicial, sin los cuales un tribunal no estaría completo. Además, son los encargados de notificar los actos de procedimiento judiciales. Y es precisamente por este tipo de trabajo que corren riesgos durante su jornada laboral, que inicia a las 6:00 de la mañana y termina 12 horas después, en el caso de Girón.

Al conceder esta entrevista a elCaribe, el presidente de este gremio que agrupa a unos 1,800 alguaciles hace evidente su interés en que la imagen del alguacil sea valorada, incluso para el bienestar y la seguridad de estos funcionarios judiciales. “Las personas que acceden a la justicia o ganan o pierden. El que gana se siente contento y el que pierde no, pero la voluntad del tribunal es administrar la justicia… El alguacil tiene una misión social y esa misión es dar a conocer esta situación por la que la persona es requerida”, apunta.

Cuando Girón usa el término “ave de mal agüero”, para referirse a la reputación de él y sus colegas al mismo tiempo lo tilda de error, porque cuando las personas tienen ganancia de causa, el alguacil funciona como promotor de sus derechos. “Y cuando no la tiene, es un derecho de la persona conocer su situación para acceder a los recursos que la Ley le faculta. Si no lo notifica el alguacil, la persona no va a enmendar o tomar una decisión judicial para enfrentar su situación y eso es importante”, destaca.

La asociación ha asumido como iniciativa visitar clubes, iglesias y juntas de vecinos para que cuando un alguacil vaya a un barrio a preguntar una dirección, “la comunidad sepa que es para avisarle a la persona sobre su proceso y lo pueda enfrentar en la justicia”.

Alguaciles de estrados y ordinarios

De acuerdo a estimaciones de la asociación, actualmente existen alrededor de 3,500 alguaciles. Estos son nombrados por la Suprema Corte de Justicia y existen dos tipos: los alguaciles de estrado y ordinarios.

Los primeros asisten a las audiencias y tienen a su cargo la elaboración del rol de audiencias e imponer el orden dentro del tribunal. Por ello cuentan con un salario fijo, seguridad social y están sujetos a horario y demás obligaciones del personal que componen los tribunales.

Los alguaciles ordinarios ejecutan todas las funciones propias de su ministerio y sólo cobra por los servicios que realiza. Son como el lado “informal” de la labor, ya que no tiene salario fijo y no cuenta con la seguridad social, según informaciones de Girón.

No hay tasas fijas de servicio

El presidente de la Asociación Dominicana de Alguaciles reconoce que las tarifas de sus compañeros “son un poco accidentadas”. No existen mecanismos de regulación de tarifas, es decir, estos empleados de la justicia son quienes ponen su precio. “El alguacil no va a cobrar más de lo que cuesta el servicio, cobrará en torno a la categoría del acto”, asegura. Pero también sugiere que se sirva de algún amigo alguacil, “alguien a quien le tenga confianza”.

Un asunto a tomar en cuenta: en este servicio la experiencia laboral sirve de garantía y, por tanto, se paga de más. También hay cuotas adicionales por la rapidez con la que necesite la asistencia y la distancia que deberá recorrer para realizar las notificaciones.

Los actos de alguaciles se dividen en cinco categorías y los costos también dependen de esto. Por ejemplo, una citación –que cae en la primera categoría – puede costar de RD$700 a RD$1,000, mientras que las notificaciones de sentencias –cuarta categoría- ascenderían de RD$1,000 a RD$1,200, de acuerdo con Girón. Claro, subrayamos que se trata de cifras individualizadas. En la quinta categoría ya recaen los embargos y desalojos, que son los servicios más costosos.

“No somos delincuentes”

El presidente de la Asociación Dominicana de Alguaciles tiene la convicción de que nadie está facultado para tomar la Justicia en sus manos, pero sí de utilizar los mecanismos que la Ley establece y precisamente este mandato da sentido a su profesión.

“No somos delincuentes, actuamos en virtud de actos procedimentales para que las personas conozcan que deben cumplir sus acreencias y para eso nos auxiliamos de las normas de ejecuciones”, recalca Girón. “Nosotros somos ciudadanos honestos y actuamos apegados a los establecimientos de las normas para el beneficio de nuestra sociedad, no para perjudicar”.

No se exige grado universitario

Las personas que opten por ser alguacil deben aprobar las evaluaciones del proceso: ser bachiller o estudiantes de derecho. Además, ser dominicano, estar en el ejercicio de sus derechos civiles y políticos y no haber sido condenado. Eso sí, también deberán estar preparados para las malas experiencias, como cuenta el alguacil Darlin García a elCaribe: “Hay muchas historias en nuestro trabajo y la mayoría muy desagradables. Las personas tienen cierta resistencia a nuestra labor”.

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