Santiago. La falta de equipos y de hidrantes, son algunas de las dificultades que enfrenta el Cuerpo de Bomberos de Santiago para responder al llamado de auxilio de la población.La situación es tan crítica, que los bomberos de los municipios de Licey, Navarrete, Villa González, Tamboril y hasta La Vega se ven en la obligación de auxiliar con frecuencia a los de Santiago y dejar sus comunidades huérfanas en caso que ocurra un siniestro. El coronel Ricardo Rosario, superintendente del cuerpo de bomberos de Santiago, dijo que en un levantamiento hecho por esa institución determinaron que de 54 hidrantes que había en el centro histórico, 26 funcionan con precariedad y los otros 28 están inservibles. Apenas tienen seis camiones y algunos datan desde el año 70. “Hemos determinado que para brindar un servicio adecuado requerimos de al menos 15 camiones”, explicó Rosario al ser entrevistado por elCaribe.
Limitaciones
Rosario puso como ejemplo las precariedades que tuvieron que enfrentar para apagar el fuego ocurrido en un auto adorno que además destruyó la discoteca Rancho Merengue, debido a que no hay hidrantes en la zona cercana a Villa González. Otro de los problemas son los bajos salarios, pues un integrante de los bomberos apenas devenga un sueldo de cinco mil pesos y la subvención es de 460 mil al mes. Santiago cuenta con cuatro sub estaciones pero todas carecen de los equipos para dar respuesta ante un siniestro.
Ariano Reyes, capitán del cuerpo de bomberos de Villa González, lamentó que cuando ocurre un fuego en Santiago o zona cercana, las tres unidades con que cuenta deben salir a auxiliarlos, dejando sin equipos el municipio. La situación es más precaria, pues el local presenta varias grietas debido a que tiene 50 años de que fue construido.
La misma realidad para bomberos de la provincia
Para los bomberos de Villa González la subvención es de solo 95 mil pesos al mes para un personal de 42 bomberos. Reyes dijo que las pocas ayudas que recibían fueron quitadas y hasta las raciones alimenticias la eliminaron. Esa misma situación enfrentan los destinados a apagar fuegos en Licey, Tamboril y Navarrete, quienes deben servir de soporte a los de Santiago. .
