Los políticos debemos ser objetivos

Una virtud que debe exhibir todo líder, sea político, académico, gremial o empresarial, es la objetividad, ya que la sociedad espera que sus líderes sean capaces de orientar con la debida claridad, responsabilidad y objetividad, para entonces…

Una virtud que debe exhibir todo líder, sea político, académico, gremial o empresarial, es la objetividad, ya que la sociedad espera que sus líderes sean capaces de orientar con la debida claridad, responsabilidad y objetividad, para entonces la sociedad seguir el mismo camino trazado por sus líderes, en el entendido de que lo recomendado por los líderes que predican la objetividad es lo más conveniente para toda la sociedad.

Sin embargo, cada día una parte del liderazgo político dominicano se empeña en decir y defender solamente lo que le conviene políticamente o personalmente, aunque eso no sea lo más conveniente para la gente, y por ello usted ve a políticos que ayer defendían vehementemente una cosa, y hoy defienden otra cosa contraria a la que defendieron anteriormente, evidenciando falta de objetividad frente a la sociedad que dicen representar, y como la gente no es tonta, gradualmente ha ido perdiendo la confianza en el liderazgo político dominicano.

Podemos citar como ejemplo sencillo el Contrato Especial de Arrendamiento Minero (CEAM) firmado en el año 2009 por el presidente Leonel Fernández en favor de la empresa minera Barrick Gold, el cual modificaba el CEAM anterior firmado en el año 2001 por el presidente Hipólito Mejía en favor de la empresa minera Placer Dome, y cuando el CEAM firmado por Leonel fue enviado al Congreso Nacional para fines de revisión y aprobación fuimos consultados formalmente por el Congreso sobre la pertinencia, o no, de esa enmienda, y nuestra respuesta, verbal y escrita, fue clara y precisa: “Ese contrato es perjudicial a los intereses del país y no debe ser aprobado, salvo que sea modificado eliminando el condicionamiento de alcanzar una tasa interna de retorno de 10% para poder pagar el 28.75% de Participación en las Utilidades Netas (PUN)”.

Ante la complejidad y el escándalo de ese contrato minero, la prensa y el país querían saber si esa enmienda era buena, como decía el Gobierno, o era mala, como decíamos nosotros, esperando que los funcionarios y los expertos consultados fuesen objetivos, por lo que cuando se nos consultó al respecto dijimos claramente que ese contrato debía ser rechazado por toda la sociedad porque de cada 100 pesos la empresa se quedaría con 97 pesos y le dejaría al país tres pesos, y que eso era violatorio de la Ley Minera 146 que establece una participación gubernamental mínima de 40%, sin embargo, los principales líderes políticos del gobierno de turno (2008-2012), y los funcionarios responsables del contrato, dijeron a la prensa y al país, una y otra vez, que ese era “El mejor Contrato Minero firmado en el continente americano”, defensa que mantuvieron hasta el 16 de agosto de 2012.

Posteriormente, en fecha 21 de febrero de 2013, enviamos una carta pública al presidente Danilo Medina (publicada en diarios nacionales) donde le solicitábamos que en su discurso del 27 de febrero siguiente convocara formalmente a la empresa minera Barrick Gold a un proceso de revisión y enmienda de ese contrato, cosa que el presidente Medina hizo en un gesto de defensa de los intereses económicos del país, al decir, frente a la Asamblea Nacional: “Ese contrato es inaceptable”, expresión que fue aplaudida por todo el país, menos por los políticos y funcionarios anteriores que durante 30 meses habían defendido ese contrato, quedando claro para el país que los políticos y funcionarios anteriores no habían sido objetivos al hablar de ese contrato.

Otro ejemplo es la reciente visita hecha por el expresidente Hipólito Mejía al proyecto habitacional La Nueva Barquita, proyecto sobre el cual Mejía ha dicho: “Tengo la impresión de que los resultados que vamos a tener aquí deberían ser extrapolados a muchas partes del país, porque se trata de una experiencia sumamente interesante, altamente profesional y humana, que es lo que más evalúo”, sin embargo, esas objetivas expresiones cayeron mal en algunos políticos compañeros de su partido, y han querido crucificarlo, siendo un error político pensar que aplaudir lo bueno que hace un gobierno nos clasifica como gobiernistas, o que criticar lo malo que hace un gobierno nos clasifica como opositores, pues los políticos olvidamos que si perdemos la objetividad, y desde la oposición criticamos todo lo bueno que hace un gobierno, cuando lleguemos al gobierno escucharemos las mismas críticas negativas a todo lo bueno que hagamos. Seamos objetivos por encima de todo.

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