La gastronomía privada vive un nuevo impulso en Cuba, desde que el año pasado el gobierno comenzó a otorgar licencias para la apertura de pequeños negocios.
Hasta finales de diciembre del 2010, unos 83.403 cubanos habían recibido o solicitado una licencia para convertirse en empresarios particulares, casi una cuarta parte de ellos en el sector de la gastronomía. Desde hace semanas no sólo están abriendo nuevas cocinas, sino también pizzerías, kioscos de bocadillos y bebidas y tiendas de comidas para llevar, en viviendas particulares, garajes o puestos ambulantes.
Ante el aumento en la competencia, también otros restaurantes tradicionales se han visto forzados a renovarse.
Las leyes aprobadas por el gobierno para fomentar el llamado «trabajo por cuenta propia» han acabado también con prohibiciones para los restaurantes particulares, que ya tienen permitido servir también mariscos y carne de res, unmonopolio de los locales estatales, mientras que el límite máximo de asientos se ha ampliado de 12 a 20. No obstante, muchos restaurantes acostumbraban a saltarse éstas y otras limitaciones.
