La lucha contra el dengue

En los primeros siete meses de este año 2013, se han reportado 6,581 casos de personas infectadas con el virus del dengue, lo que significa un aumento de más de un 253% en comparación con el año pasado en el mismo período en que se registraron…

En los primeros siete meses de este año 2013, se han reportado 6,581 casos de personas infectadas con el virus del dengue, lo que significa un aumento de más de un 253% en comparación con el año pasado en el mismo período en que se registraron 1,843 casos, de acuerdo a las cifras ofrecidas por la Dirección Nacional de Epidemiología.

El dengue es una aguda enfermedad viral de mucha importancia que causa estragos en casi todo el mundo.

Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre 50 y 100 millones de casos ocurren cada año en total entre los 100 países donde el dengue es endémico.

Aunque se están haciendo numerosos estudios para comprobar la efectividad de una ya existente vacuna contra tres de los cuatro tipos de dengue, por el momento las únicas herramientas de prevención son la protección contra la picadura del mosquito transmisor “Aedes aegypty” (con repelentes, por ejemplo) y mecanismos para evitar la propagación de este insecto potencialmente letal. Debido al exponencial aumento de casos en el país, resulta evidente que se requieren nuevas estrategias para evitar y mitigar el impacto del dengue.

Y hay otros ejemplos en el mundo que pueden servir como referencia para la creación de protocolos más adecuados de saneamiento y control, como las jornadas de aseo de patios y viviendas llevadas a cabo con éxito en Paraguay o la recogida masiva de neumáticos y artefactos en las calles que puedan almacenar agua, realizada con buenos resultados en México.

Si se analiza el problema del dengue junto con el aumento de infectados por enfermedades como la malaria, el cólera y otras usuales en República Dominicana como la leptospirosis, se destaca un elemento común que hace favorable la proliferación de todas: la falta de higiene. Por ello, además de la necesaria concienciación de la población para que limpie viviendas, jardines y patios y evite las aguas estancadas, resulta imprescindible una labor conjunta del Ministerio de Estado de Salud Pública con los ayuntamientos y otras instituciones estatales para llevar a cado una lucha más palpable con recolección de basura y eliminación de criaderos, con fumigación, con limpieza de cauces hídricos, con reparación de alcantarillados, con instalación de vertederos, con inspección de construcciones y de lugares abandonados y en general con medidas sencillas pero de real aplicación para combatir estas enfermedades que, mientras el mundo avanza en tantos órdenes, constituyen una inequívoca señal de atraso y subdesarrollo.

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