Lutero, “Sobre el Judío y sus Mentiras”, amén de las mujeres

[El venerable Martín Lutero, según leo en un blog creado por José Alfredo Elías Marcos (“El Racismo, la falaz ideología…

[El venerable Martín Lutero, según leo en un blog creado por José Alfredo Elías Marcos (“El Racismo, la falaz ideología del determinismo biológico”), el mismo que “mojó su pluma en sangre” para pedir el degüello de los campesinos alemanes insurrectos, escribió el que es “considerado el primer tratado moderno antisemita, ‘Sobre los judíos y sus mentiras” (1543), para los que pide poco menos que el exterminio. Eso, aparte de otras cosuchas sobre las mujeres, a las que  estimaba como simples bestias para parir y amamantar. “Entre los protestantes Lutero es hoy celebrado por su supuesto respeto al matrimonio y a las mujeres. Más allá de su apoyo para las cacerías de brujas, su opinión negativa hacia las mujeres se pone de manifiesto en su prédica a las embarazadas”. A este tema dedicó un famoso escrito, “Sobre la Vida Matrimonial” (1522).

El nazismo alemán durante la segunda guerra mundial realizó en parte sus sueños de cristiano fundamentalista (“firme creyente en un Dios totalitario”) que  es casi la misma cosa que el nazismo y nada tiene de cristiano el holocausto, pero sí mucho de luteranismo.

El abusado pueblo judío respondió,  como suele suceder, entablando una relación de empatía con sus verdugos y convirtiéndose en abusador.
Hoy Alemania es gran aliada de los judíos, prohíbe por ley negar el holocausto so pena de cárcel y les proporciona armas de destrucción masiva (submarinos nucleares) a precio de vaca muerta.

Los judíos se cobraron el holocausto con la tierra y la sangre y la humillación permanente y sistemática de los palestinos, se cogieron el ochenta por ciento de sus tierras, mandaron a miles al exilio, encerraron una parte en la franja de Gaza, donde no llegaban ni las medicinas, y actualmente llevan a cabo el despojo de lo que les queda en Cisjordania: un cinco por ciento de “colonos” judíos se ha hecho dueño del sesenta y cinco por ciento de las mejores tierras labrantías, mientras los pueblos y aldeas palestinas han sido rodeadas por murallas de donde solo se puede salir con un salvoconducto. Israel se permite mantener en prisión a todo el pueblo palestino, bajo un régimen de terror, y esta noticia no sale casi nunca en las noticias.

Para peor, los terroristas llaman terroristas a las víctimas del terrorismo y se preparan para desatar una guerra atómica contra Irán con la ayuda de Obama bin Barack. Las víctimas de Lutero son los luteranos de hoy. (PCS)]

“Sobre el judío y sus mentiras” (fragmentos y comentarios)

Pero fue el alemán Lutero quien en 1543 escribirá el que es considerado el primer tratado moderno antisemita “Sobre los judíos y sus mentiras”. Lutero decía que debían quemarse todas las sinagogas judías, destruir sus libros de oración, prohibir predicar a los rabinos, “aplastar y destruir” sus casas, incautarse de sus propiedades, confiscar su dinero y obligar a esos “gusanos venenosos” a realizar trabajos forzados o expulsarlos “para siempre”.

“Primero, sus sinagogas o iglesias deben quemarse… En segundo, sus casas deben asimismo ser derribadas y destruidas… En tercer lugar, deben ser privados de sus libros de oraciones y talmudes en los que enseñan tanta idolatría, mentiras, maldiciones y blasfemias. En cuarto lugar, sus rabinos deben tener prohibido, bajo pena de muerte, enseñar jamás… La furia de Dios contra ellos es tan grande que están cada vez peor… Para resumirlo, estimados príncipes y nobles que tenéis judíos entre vuestras posesiones, si mi consejo no os es suficiente, buscad otro mejor para que vosotros, y todos nosotros seamos libres de esta insoportable carga diabólica”.

“¿Quién le impide a los judíos volver a Judea? Nadie… Les proveeremos todas las provisiones para el viaje, para vernos por fin libres de ese repulsivo gusano. Para nosotros, ellos son una grave carga, la calamidad de nuestra existencia. Son una peste enclavada en nuestras tierras”.

“Yo les arrancaría la lengua de la garganta. Los judíos, en una palabra, no deben ser tolerados”.

“Si no fueran tan ciegos, su despreciable vida externa los convencería de la verdadera naturaleza de su penitencia. Ya que abunda en brujería, signos de magia, figuras y el tetragrama del nombre, eso es, con idolatría, envidia y vanidad. Además, no son más que ladrones y asaltantes que diariamente no prueban bocado y visten ropa que nos han robado y hurtado por medio de su maldita usura. De este modo viven día a día, junto con esposa e hijo, de robo y hurto, como archiladrones y asaltantes, en total impenitente seguridad. Para un usurero es un archiladrón y asaltante que debería ser colgado en la horca siete veces más alto que otros ladrones. En efecto, Dios debería profesar desde el cielo sobre tal hermosa penitencia y mérito a través de su santo ángel y volverse flagrante, mentiroso blasfemo por el bien de la sangre noble y los santos circuncisos que se jactan de ser santificados por los mandamientos de Dios, a pesar de que los pisotean a todos y no conservan ni a uno de ellos”.
Lutero se casará con la monja Katherina von Bora con quien tendrá varios hijos. No obstante, tendrá una opinión muy peyorativa respecto a las mujeres. En una predicación sobre las embarazadas decía:

“Déjennos tener su hijo y hagan lo que puedan; si mueren: benditas sean porque seguramente morirán en la noble labor y de acuerdo a la voluntad de Dios… Han visto qué débiles y enfermizas son las mujeres infértiles; aquellas bendecidas con muchos hijos son más sanas, más limpias y más felices. Pero si eventualmente se desgastan por tener hijos y se cansan y se mueren, eso no importa. Dejen que mueran pariendo, para eso están aquí”.

Durante el juicio de Nuremberg a los nazis alemanes por sus crímenes de guerra, estos justificaron el asesinato de 6 millones de judíos usando el libro de Lutero “Sobre los judíos y sus mentiras”. En el Tribunal alegaron en su defensa que no habían hecho otra cosa más que ejecutar lo que Martín Lutero había ordenado cuatro centurias antes.

Después de todo, entre los viles ataques de Lutero contra los judíos se encuentran expresiones como:

“Sus alientos apestan por el oro y la plata de los infieles; porque no hay gente sobre la tierra que sea, que haya sido o será, más avara que ellos, como pueden ser vistos en su maldita usura. Entonces sepan, mis queridos cristianos, que después del diablo, no hay nada más agrio, más ponzoñoso, más vehemente y enemigo que un verdadero judío que realmente desea ser judío. ¿Acaso no su Talmud y sus rabinos escriben que no es pecado si un judío mata a un infiel, pero que sí es pecado si mata a un hermano en Israel? No es pecado si no mantiene su juramento a un infiel. Entonces, el robar y asaltar -como lo hacen con sus préstamos- a un infiel, es un servicio divino… ¿Qué debemos de hacer con este rechazado y condenado, pueblo judío?…

Así quejándose de cómo “los cristianos habían sido torturados y perseguidos por los judíos en todo el mundo”, Lutero ofrece su “sincero consejo”.

“Préndale fuego a sus sinagogas o escuelas y entierren y cubran con tierra todo aquello que no se pueda quemar… Yo aconsejo que sus casas sean arrasadas y destruidas… Yo aconsejo que todos sus libros de rezos … en los cuales tales idolatrías, mentiras, maldiciones, y blasfemias se enseñan, quítenselos, …y que a sus rabinos se les prohíba enseñar de allí en más, bajo pena de pérdida de vida o miembros… que los salvoconductos en los caminos sean abolidos completamente para los judíos… y que todos sus tesoros de plata y oro les sean quitados…

Pero si las autoridades se rehúsan a usar la fuerza para restringir al diabólico atropello de los judíos, entonces los judíos, como hemos dicho, deben de ser expulsados de sus países y ordenados a volver… a Jerusalén, a donde puedan mentir, maldecir, blasfemar, difamar, asesinar, robar, asaltar, practicar la usura, burlarse y regodearse en todas esas infames abominaciones que ellos practican entre nosotros y que se vayan… nuestro Señor el Mesías, nuestra fe y nuestra iglesia incorrompida y descontaminada de su diabólica tiranía y maldad”. (Lutero, Sobre el Judío y sus Mentiras, 1543).

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