Luto por las mujeres

Ayer, como consecuencia de una iniciativa espontánea de ciudadanos preocupados por la ola de violencia de género en República…

Ayer, como consecuencia de una iniciativa espontánea de ciudadanos preocupados por la ola de violencia de género en República Dominicana, se realizó un día de luto por los feminicidios, caracterizado por vigilias, ropa negra y mensajes de concienciación en las redes sociales.

Este delito se ha convertido en la principal causa de muerte de las mujeres, en su gran mayoría menores de 35 años. En nuestro país, cada año aumenta la cifra de mujeres asesinadas, siendo el lugar del Caribe con mayor cantidad de delitos de este tipo según el III Informe Internacional “Violencia contra la mujer en las relaciones de pareja”, elaborado por el Centro Reina Sofía.

Los dos años anteriores, 2010 y 2011, fueron los más sangrientos para las dominicanas, superando en ambos los 200 asesinatos de mujeres. Y en lo que va de este 2012 la cifra es de 98 muertes, lo que tristemente podría significar que este año sea aún peor.

El impacto de esto es serio y abarcador, ya que no sólo acaba con la vida de las mujeres, sino que destruye familias, situación favorable para que se perpetúe la pobreza y caldo de cultivo para que prosperen inclinaciones a prácticas delincuenciales.

Por ello se necesita más atención del Gobierno y disposición de tomar medidas urgentes, como la definición de una política concreta y un protocolo de actuación, la creación de más centros para mujeres maltratadas y el desarrollo de programas para concienciar a agresores y potenciales agresores. En la actualidad ni siquiera hay un centro por provincia, sino que existen en total 14 para atender todos los casos y no trabajan los fines de semana ni en horario nocturno, a pesar de que la mayoría de los asesinatos de mujeres ocurren precisamente en la madrugada.

Pero aún más importante es la necesidad de educar a una población machista en la que existe una permisividad social al maltrato a la mujer, reflejada incluso en el trato discriminatorio que reciben muchas mujeres cuando presentan sus denuncias, y en los pocos casos que llegan a los tribunales, las leves condenas que imponen algunos jueces.

La mejor muestra de que si el Estado jugase un rol más activo muchas muertes serían evitables es que en muchos casos de mujeres asesinadas se ha confirmado que las mismas habían dado a las autoridades una voz de alerta que fue ignorada.

Y casi siempre la justificación de esta pasividad es que “en pleitos de marido y mujer nadie se debe meter”, frase absurda por la cual hay tantas mujeres maltratadas y asesinadas.

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