La luz del medio

Reza el refrán popular que “todos los extremos son malos”. Sorprendentemente, ese axioma no es aplicable en lo concerniente al consumo…

Reza el refrán popular que “todos los extremos son malos”. Sorprendentemente, ese axioma no es aplicable en lo concerniente al consumo eléctrico en la República Dominicana. En nuestro país el manejo de las tarifas eléctricas dependiendo de los niveles de consumo, es más beneficiosa, económicamente hablando, para quienes tienen un consumo bajo o alto.

Esta anómala situación viene dada por la estructura de facturación y el esquema tarifario de la electricidad, que protege en gran medida a los usuarios del tramo de menor consumo, permite acceso directo a las generadoras a los de mayor consumo, y mantiene a la clase media en una situación de variación con bruscas variaciones de precios.

Los consumidores regulados, la mayoría en la clase media, se tambalean en la cuerda floja dependiendo del consumo que tengan, lo que puede resultar tanto en una tarifa aceptable como en un aumento sustancial de lo que se paga. Los consumidores de pocos kilos tienen una tarifa subsidiada, mientras que los usuarios no regulados, que son las empresas con un consumo a partir de un megavatio mensual, tienen un precio libre de la intermediación de las distribuidoras, que es de cerca de tres centavos de dólar.

Este esquema es el resultado del denominado “subsidio cruzado”, en el que los grandes consumidores pagan cuotas más altas por la gran cantidad de electricidad que consumen, subsidiando de alguna manera a los más “necesitados” y su “menor” consumo de electricidad. Sin embargo, lo que luce tan justo en el papel, termina siendo un golpe directo a los bolsillo de que la clase media dominicana, que no tiene acceso a subsidios, como los pobres, ni puede arreglar un acuerdo directo con las generadoras.

Números reveladores

La idea que respalda el espíritu de esta medida era incentivar a un consumo más moderado, pero ha terminado convirtiéndose en un punto de constante vigilancia, en caso de la clase media no quiera terminar pagando la luz subsidiada. Algo diferente ocurre en el quintil superior de consumo. 144 empresas están bajo el sistema de Usuarios No Regulados de Sistema Eléctrico Interconectado.

Estas 144 empresas representan el 22% de todo el consumo de electricidad del sistema. En promedio estas empresas consumen 138 millones de kilovatios hora al mes. Cualquier usuario que supere 1 megavatio de consumo puede acogerse a este tipo de acuerdo, que le permite negociar directamente con las generadoras de energía y reducir sustancialmente sus facturaciones. Por ejemplo, pueden ahorrarse el costo o margen de comercialización que sí facturan las distribuidoras.

Entre 800,000 y un millón de usuarios estaban subsidiados a través del Programa de Reducción de Apagones (PRA), ya desaparecido. Los beneficiarios de este subsidio ahora están adscritos al programa “Bonoluz”, que es alimentado con las facturaciones de los de consumos medios y altos, que es la esencia del subsidio cruzado, como forma de desincentivar los consumos altos y socorrer a los de bajo consumo. Como el caso de María Familia, residente de un sector de clase media. Su facturación de noviembre fue de RD$ 14,652.26.

Consumió 1,307 kilos, resultando en un promedio de RD$11.21 el kilovatio. Su consumo en diciembre se redujo considerablemente (disminuyó el número de personas en su hogar). Su consumo fue 696 kilos, le facturaron RD$6,030.12, en promedio RD$ 8.66 el kilo.

Experto energético critica ineficacia

“La estructura tarifaria actual de la electricidad posee un subsidio cruzado en donde los grandes consumidores pagan una tarifa más cara que los pequeños consumidores produciéndose el subsidio cruzado de los mayores consumidores hacia los menores consumidores”, explica el experto energético Bernardo Castellanos. Cree que se le hace un flaco servicio a la población con la intermediación de las distribuidoras.

“Las autoridades en diversas ocasiones han ofrecido cifras de la cantidad de clientes que pagan una tarifa inferior a los costos, entendiendo por costos el precio promedio de compra de la energía a los generadores.

Lo que no dicen es que las distribuidoras en promedio compran la energía a los generadores a un precio inferior al precio que facturan a los clientes”. El experto entiende que esto demuestra que, a pesar de la cantidad de clientes que las autoridades afirman existen con una tarifa por debajo de costos, el número de clientes por encima lo compensa.

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