Al Maestro con cariño

El pasado 26 de diciembre, el Presidente Danilo Medina afirmó que el Gobierno contempla la posibilidad de contratar profesores extranjeros en…

El pasado 26 de diciembre, el Presidente Danilo Medina afirmó que el Gobierno contempla la posibilidad de contratar profesores extranjeros en matemáticas, física, química y lengua española para capacitar y preparar a maestros nacionales. “Estamos haciendo contacto con otros países para contratar profesores de profesores”, dijo el Presidente.

Al día siguiente, el Presidente de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), Eduardo Hidalgo, rechazó la propuesta del Presidente Medina, indicando que “no se necesita recurso humano de otros países por entender que esos profesores necesitarían conocer la realidad que vive la nación”. Añadió que “en Dominicana hay suficientes  maestros y maestras que se han preparado en distintas áreas para competir en igualdad de condiciones con otros países de la región.” Considera “que se ha invertido dinero en la formación académica de nuestros recursos humanos en el sistema educativo nacional”. Ratificó que “importar maestros y maestras no es la solución;  los recursos en orden pedagógicos que tenemos en el país responden a nuestra realidad”.

 El pasado 5 de noviembre en este mismo espacio publicamos un artículo bajo el título “Evitemos desacreditar el 4%”.  En esa ocasión señalamos que el talón de Aquiles del sistema educativo dominicano es la muy disminuida capacidad de nuestros maestros para enseñar e inspirar a los estudiantes. Una larga tradición de bajos salarios ofrecidos por el Estado dominicano a los maestros del sistema público ha estimulado un proceso de selección adversa de quienes finalmente entran al servicio público como maestros. Quienes ingresan a la carrera docente, en su mayoría, son personas provenientes de hogares de bajos niveles de ingresos,  muchas veces rechazados para ingresar a otras carreras y  que encuentran en el magisterio una carrera fácil que les permitirá conseguir un ingreso de subsistencia. A diferencia de otros países donde los gobiernos ofrecen salarios más altos a los maestros que los que el mercado ofrece a profesionales de otras carreras cuando se gradúan de las universidades, en RD la política ha sido al revés.  La profesión de maestro durante décadas fue devaluada más que el peso. ¿Qué incentivos tenían las universidades y los centros de formación de maestros de establecer programas rigurosos para la carrera docente cuando el recurso humano que iba a ingresar a dichas carreras era el que mayores deficiencias académicas arrastraba en sus estudios pre-universitarios?

Este es el problema fundamental de nuestro sistema educativo público.  Y es ahí donde todos debemos concentrarnos.  Su solución va a requerir mucha voluntad política.  No hay forma de garantizar un crecimiento sostenido y robusto a largo plazo, si no mejoramos dramáticamente la calidad de la educación.  Planteamos que  el Gobierno y la Coalición Educación Digna debían acordar un Pacto Educativo e involucrar a las organizaciones empresariales, sindicales, religiosas y a los partidos políticos.  Ese Pacto debe abordar como primer punto las acciones que tendremos que tomar para enfrentar el déficit más grande que tiene el país en estos momentos, el de maestros de calidad.

En el Presupuesto del 2013 se estipula contratar 10,000 nuevos maestros.  ¿Pero a quiénes es que se piensa contratar? ¿A maestros con iguales o peores deficiencias que los que hoy imparten docencia en nuestras escuelas públicas?  De seguro que no mejores, pues mientras en el 2012 se presupuestó contratar 3,000 nuevos maestros con un salario promedio mensual de RD$17,659, a los 10,000 del 2013 se les pagarían RD$8,752 al mes. Preocupa también que del aumento de RD$50,098 millones que recibiría el Ministerio de Educación, apenas RD$266 millones son explicados por el aumento en el presupuesto para formación de docentes.

Hace 16 años sugerí la urgente necesidad de traer 3,000 maestros y capacitadores del exterior para que entrenaran a los maestros dominicanos aptos para la capacitación, pues no todos lo estaban. Muchos de nuestros maestros tendrían que ser pensionados anticipadamente.  Sugerimos que los maestros traídos del exterior asumiesen la responsabilidad de impartir docencia en nuestras aulas. Señalé que una parte de los maestros podían venir de Cuba, donde la formación en matemáticas, ciencias y lenguaje es una de las mejores de la región, mientras que de EUA traeríamos maestros para la enseñanza de inglés.  Ahora que el gobierno cubano ha flexibilizado los permisos de viajar al exterior a los ciudadanos de ese país, se presenta una coyuntura ideal para nosotros beneficiarnos de un Mariel académico que impactaría favorablemente en la calidad de nuestro sistema educativo.  Lo único que cambiaría con relación a la propuesta que hicimos en 1996 es la cantidad.  En un primer año, deberíamos traer, si fuese posible, 5,000 maestros cubanos.

Sugerimos también que esto se combine con el uso de “maestros virtuales”, que pueden enseñar a nuestros estudiantes de escuelas públicas de una manera que a nuestros maestros le podría tomar años dominar.  Los maestros virtuales, como los que enseñan libre de costo en Khanacademy.org, contribuirían a elevar el nivel de aprendizaje de nuestros estudiantes y de nuestros propios maestros. Una buena inversión en computadoras y acceso generalizado al internet es lo que se requeriría. Los videos de Khanacademy.org, gracias al trabajo voluntario de grupos privados latinoamericanos y al apoyo que ha estado dando el Banco Interamericano de Desarrollo, se han replicado en español, con lo cual millones de estudiantes latinoamericanos pueden tener acceso a explicaciones sencillas y comprensibles de materias como matemáticas, física, química, entre otras.

Planteamos también que debemos reformar el sistema de incentivos de la carrera docente de manera tal que nos permita encontrar y reclutar a los candidatos más aptos para la docencia, desarrollar instructores y maestros efectivos y lograr el buen desempeño de todos los estudiantes. Quienes deseen ingresar al magisterio tendrían que tener un elevado índice académico en sus estudios universitarios. De los candidatos, a través de un proceso riguroso, seleccionaríamos a los mejores luego de aprobar exámenes estandarizados y sin importar su afiliación o preferencia política. A los elegidos el Estado les pagaría un salario superior al que el mercado ofrece a los egresados de otras carreras. Así comenzaríamos a transformar a elevar el prestigio de la profesión de maestro.  Y evitaríamos desacreditar el 4%.

La respuesta del Presidente de la ADP al Presidente Medina genera algunas interrogantes que deberían ser aclaradas.  Parecería en primer lugar que el Presidente y quienes entienden que el país tiene un déficit de maestros de calidad, no tenemos información completa sobre la realidad del magisterio dominicano.  O quizás, que la información que tenemos es desfasada y que ese problema ya no existe.  Si ese es el caso, creemos que la información del Presidente de la ADP en el sentido de que contamos con suficientes maestros de calidad, y que por tanto, no necesitamos contratar maestros extranjeros para entrenar a los nuestros, constituye la noticia de mayor trascendencia de las últimas tres décadas. Los dirigentes de la ADP, sin embargo, no deberían sorprenderse si una buena parte de las organizaciones y  expertos, nacionales y extranjeros, que han estudiado a fondo la situación del magisterio dominicano en los últimos 30 años, tuviesen dudas sobre la extraordinaria revelación que el Presidente de la ADP ha hecho. Las calificaciones que obtienen nuestros estudiantes en las pruebas internacionales, las más bajas de la región, parecerían estar en contradicción con el planteamiento de la ADP.

La forma más efectiva de eliminar las dudas sería requiriendo a todos los maestros tomar un examen para profesores de las materias a las que se refirió el Presidente Medina.  El examen sería impartido por una entidad nacional o extranjera independiente.  Dependiendo de los resultados podremos determinar si lo que ha dicho el Presidente de la ADP es o no cierto. Conocer la realidad sobre la calidad de nuestros maestros es fundamental para poder avanzar en la reforma de nuestro sistema educativo. México invierte el 4.1% del PIB y el 20% del Presupuesto del Gobierno en Educación.  A pesar de eso, los estudiantes mexicanos salen muy mal parados en la prueba de PISA (2009), con las calificaciones más bajas entre los 34 países de la OECD. El problema de la educación en el caso mexicano no parece deberse a una baja inversión del Gobierno en educación.  La administración de Peña Nieto (PRI) acaba de lanzar una iniciativa de reforma educativa, con el apoyo de los partidos opositores (PRD y PAN) y de organizaciones privadas que por primera vez perciben a la clase política mexicana, con la voluntad política para forzar al poderoso Sindicato Nacional de Trabajadores de la Enseñanza que controla Elba Esther Gordillo, La Maestra, a aceptar los cambios que serán introducidos en el sistema magisterial mexicano. Nueve de cada 10 pesos que se destinan a la educación en México se van en pago de salarios a maestros. Para muchos, el sistema educativo mexicano está secuestrado por las camarillas sindicales. El sindicato de maestros mexicano tiene la potestad de nombrar el 50% de los  puestos de maestros. En México, si un maestro se jubila, renuncia o se muere, puede designar a un familiar para sucederle, incluso venderle su plaza a un conocido.  La reforma anunciada por el Presidente Peña Nieto, “propone una reorganización de la carrera docente donde el ingreso, la permanencia y la promoción de los maestros se decidan en función de sus méritos profesionales y no del compadreo o de las lealtades a esas camarillas; la evaluación obligatoria de los profesores por un organismo autónomo que no esté sujeto a intereses particulares; y la elaboración de un censo de las escuelas y maestros en ejercicio realmente existentes.” Todo parece indicar que se viene una batalla entre el sindicato más poderoso del continente, con más de 1.2 millones de miembros, y la sociedad mexicana.

Nuestro país, gracias a Dios, no tiene el problema de México, pues la ADP nunca se opondría a una reforma que tenga como objetivo mejorar la calidad de la educación dominicana.  La diferencia sobre el planteamiento hecho por el Presidente Medina se debe que el Gobierno y la ADP parecen tener informaciones diferentes sobre la calidad de nuestros maestros para enseñar materias específicas.  De ahí la importancia que un examen para profesores despeje las dudas. Este sería el camino correcto para resolver el impasse, pues el argumento de que los maestros extranjeros no servirían “porque necesitarían conocer la realidad que vive la nación”, es difícil de aceptar.  El Teorema Fundamental del Cálculo, el de Pitágoras, las Leyes de Newton y de Kepler, el Principio de Bernoulli y las Leyes Fundamentales de la Química de Boyle, Gay-Lussac, Lavossier, Proust  y Dalton, son igualmente válidas en Fifth Avenue como en la  Avenida Duarte.

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