“Yo estoy manejando dinero que no es mío, estoy manejando fondos públicos, tengo que rendir cuentas del buen uso de esos recursos cuando yo me vaya del Palacio el 16 de agosto del 2016…”Esas fueron las palabras del presidente Danilo Medina en un acto con productores de su natal San Juan de la Maguana. Palabras de mucho valor que pocos se han detenido a analizar.
La realidad es que tienen un significado muy manifiesto y que hablan de una persona que confiesa con franqueza la profunda comprensión de su realidad, consciente de que es un administrador de fondos públicos.
Está muy persuadido de que tiene que “rendir cuentas del buen uso” de los recursos y que como jefe de la cosa pública, le compete supervisar, de modo que cumplan los propósitos perseguidos desde la dirección del Estado, que no son otros que la redención de los dominicanos con menos posibilidades de acceder al crédito o de obtener los servicios esenciales.
Qué bueno que el presidente, motu proprio, se manifieste de esta manera, de modo que sus conciudadanos puedan entender la grave responsabilidad que tiene a su cargo, y especialmente, que está convencido del peso que carga consigo.
Hay más. Danilo Medina, muy temprano les está diciendo a los dominicanos que no piensa olvidar que ha sido elegido por un período limitado, de cuatro años. Y adelanta que se va el 16 de agosto de 2016, lo que evidencia que no tiene ambiciones desmedidas. Que gobernará durante el tiempo que le señala la Constitución de la República.
Es verdad que otros presidentes dijeron mil veces que se retiraban a su vivienda al término de su mandato e iniciaron todo lo contrario cuando se aproximaba la hora cero, al extremo de modificar la Constitución para intentar perpetuarse en el poder.
Medina sigue actuando en consonancia con su prédica: hacer lo que nunca se hizo, y más aún, reafirmando su compromiso de realizar una gestión transparente, que mañana le permita rendir cuentas de cara al sol. ¡Magnífico!
