Lo malo es denunciar

La cotidianidad ha puesto en evidencia que desde hace un tiempo en nuestro país, a veces los malos no son los que hacen las cosas mal, sino…

La cotidianidad ha puesto en evidencia que desde hace un tiempo en nuestro país, a veces los malos no son los que hacen las cosas mal, sino los que tienen la osadía de denunciarlas.

Y esto adquiere más fuerza cuando se comete la “afrenta” de hacer denuncias respecto a funcionarios públicos que cometen acciones desviadas de la Ley.

Por eso, para el Gobierno, la mala es Nuria cuando denuncia a Euclides, y no Euclides por no pagar la luz.

La mala es Alicia cuando denuncia a Héctor Rodríguez Pimentel, y no Rodríguez Pimentel por no dar explicaciones satisfactorias de los más de 8 actos que se le imputan y que duermen el sueño de los justos en algún armario de la fallida Dirección de Prevención de la Corrupción Administrativa (DPCA).

En el mismo orden de cosas, mala es Participación Ciudadana por destacar el uso de recursos del Estado en campaña y los manejos inadecuados del presidente de la Junta Central Electoral (JCE), no la JCE por no hacer absolutamente nada al respecto.

Malo es Hipólito Mejía y lo que está es “fuñendo la paciencia” (palabras textuales de Reinaldo Pared Pérez) por exigir una solución a un problema grave que puede dar lugar a la ilegitimidad de los comicios venideros, no aquellos que crearon el problema ni aquellos que insisten en mantenerlo. También, mala es Amnistía Internacional, que según el ministro de Interior y Policía lo que quiere es hacerle daño al país con sus informes respecto a los abusos policiales, no la Policía Nacional que en los últimos 5 años ha asesinado a más personas que la ETA en sus 40 años en España.

Mala es la Alianza Dominicana Contra la Corrupción (Adocco) por sus reiteradas denuncias de actos de corrupción cometidos por funcionarios públicos, y no una DPCA cuyo director prefiere mantener su cargo que hacer su trabajo y que ha sido incapaz de perseguir servidores importantes de este Gobierno. Por supuesto, mala es la Coalición por una Educación Digna y sus seguidores por no entender que, como dice la Primera Dama, el problema de la educación “no es un problema de dinero” y “Leonel Fernández es el padre de la educación dominicana”, no un Gobierno que se ha dedicado a incumplir un mandato establecido en una ley.

Y claro, malos somos los que escribimos cosas como estas, y los comunicadores “enemigos del Gobierno” que denuncian el despilfarro, la corrupción, el auge de la delincuencia, el alto costo de la vida, el autoritarismo y decenas de problemas que experimenta hoy nuestro país, no aquellas autoridades que contando con herramientas y presupuesto para hacer la diferencia, eligen hacer otras cosas.

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