Mañana tu serás la víctima

Esta semana he leído dos informaciones sobre jóvenes asesinados por policías que los confundieron con delincuentes; son los casos…

Esta semana he leído dos informaciones sobre jóvenes asesinados por policías que los confundieron con delincuentes; son los casos de Jeffrey Felizor, de 21 años, y Bienvenido Chalas Tejeda, de 22 años, acribillados el martes de esta semana. Ocurre tan frecuentemente que me asombra escuchar a alguien aprobar las ejecuciones policiales como método contra la delincuencia.

Nadie puede asegurar que no será víctima, porque el fracaso ante la delincuencia es tal, que ya no hay lugar seguro y cualquier día en una esquina céntrica puede uno, un hijo, familiar cercano o amigo, caer abatido en medio de un “intercambio” de disparos protagonizado por alguno de estos equipos de matones disfrazados de policías.

Una razón fundamental para repudiar estos asesinatos es que mañana le puede tocar a uno; además, está demostrado que fomentar el crimen no ayuda a combatir el crimen. Las estadísticas dicen que los escuadrones asesinos de la Policía matan casi una persona cada día, y en años recientes han sido más de uno por día, y el resultado de este método salvaje es que cada día hay más delincuencia. ¿Alguien puede decirme cuántas personas deben ser asesinadas para que nuestras calles vuelvan a ser seguras?

Con la pena que me causa por mis amigos que visten el uniforme policial, he llegado a la triste conclusión de que la Policía ya colapsó y no tiene la más mínima posibilidad de cumplir su misión y enfrentar con éxito la apabullante delincuencia. La entidad es parte y un factor causal del problema.

La Encuesta Nacional de Hogares 2011 del Gobierno ofrece datos que apuntalan este colapso. Revela que el 72% de las personas víctimas de algún tipo de acto delictivo no lo reportan a la Policía.

No es difícil de concluir que esto ocurre porque desconfían y entienden que hacerlo es perder el tiempo. Esta encuesta que cubrió 18 mil hogares en todo el país (septiembre-diciembre, 2011) reporta que en Santo Domingo sólo se sienten seguros el 29% de las personas, y en el resto de las ciudades con más de 100 mil habitantes el 43%.

En los últimos cinco años el 22% de los hogares había sido víctima de algún acto de vandalismo contra su vehículo y el 25% de las personas había padecido un atraco, robo, agresión o amenaza. El 8% de los residentes en la capital con 12 años o más fue víctima de un atraco en los 12 meses anteriores a la encuesta (unos 240 mil de los 3 millones de residentes en Santo Domingo).

La percepción de inseguridad es aplastante en todo el país. Sólo el 56% de las personas se sienten seguras en su hogar, y el 63% incluyó la delincuencia en sus conversaciones las dos semanas previas a la encuesta.

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