Manifestantes piden fin de gobierno de Vladimir Putin

MOSCU (AP) — Decenas de miles de moscovitas protestaron el sábado una plaza frente al Kremlin contra el presunto fraude electoral…

MOSCU (AP) — Decenas de miles de moscovitas protestaron el sábado una plaza frente al Kremlin contra el presunto fraude electoral y exigieron el fin del gobierno del primer ministro Vladimir Putin, demandas que se repitieron en otras movilizaciones efectuadas en este vasto país, en la mayor exhibición de malestar civil en la Rusia postsoviética.

La policía demostró una moderación sin precedentes y la televisión nacional, controlada por el estado, informó ampliamente sobre las protestas, aunque no hay indicios de que la oposición tenga fuerza suficiente para obligar al primer ministro o su partido a efectuar cambios reales.

No obstante, Putin parece encontrarse debilitado con respecto a la semana pasada, cuando se realizaron las elecciones parlamentarias. Su partido Rusia Unida perdió muchas bancas, aunque conservó una leve mayoría.

El grupo observador independiente Golos dijo el sábado que el oficialismo «obtuvo el mandato mayoritario mediante la falsificación», observadores internacionales advirtieron irregularidades, y la salida masiva de rusos a denunciarlo públicamente en todo el país socava la imagen cuidadosamente alimentada de Putin de un líder fuerte y amado.

Putin «ha dejado de ser el líder nacional, a los ojos de su equipo, la clase dominante política y la sociedad», escribió en su blog el analista Alexei Malachenko, del Centro Carnegie de Moscú.

Putin, presidente de 2000 a 2008, aspira a un nuevo período en las elecciones de marzo. Las protestas han manchado su imagen, sin que haya surgido aún una figura capaz de enfrentarlo.

La manifestación más dramática tuvo lugar en la plaza Bolotnaya, en una isla ubicada en el río Moskova, contiguo al Kremlin.

La protesta en Moscú duró unas tres horas y se extendía tanto en el lugar que fue difícil un cálculo objetivo del número de participantes. Según la policía, unas 25.000 personas asistieron a la manifestación, y según los organizadores, 150.000.

Las recientes protestas multitudinarias desafían la imagen de Putin como el hombre que se había ganado el apoyo de la mayoría de los rusos y que es sostenida por los canales televisivos controlados por el estado.

El deterioro de esa imagen quedó patente en los comicios legislativos del domingo pasado, en los que el partido Rusia Unida apenas retuvo el número más alto de bancas, pero perdió la mayoría invencible de dos tercios que tenía en la anterior legislatura.

Según la oposición, el retroceso de Rusia Unida en las urnas fue aún mayor, pero reducido mediante el fraude electoral generalizado. Informes de observadores locales e internacionales sostienen que hubo numerosas infracciones electorales.

Las denuncias de que las elecciones estuvieron amañadas y la pérdida de escaños del partido en el poder detonaron el malestar latente desde hace mucho tiempo entre numerosos rusos.

«Las mentiras a las que han recurrido hoy las autoridades han convertido al país en un gran teatro, con payasos, igual que el circo», dijo Alexander Trofimov, uno de los primeros manifestantes que llegaron a la protesta en la plaza Bolotnaya.

Las movilizaciones tuvieron lugar en al menos otras 50 ciudades que se extienden de la costa del pacífico al suroeste. Unas 7.000 personas participaron en una protesta en San Petersburgo, según la policía.

Menos de 100 manifestantes fueron arrestados durante la jornada a nivel nacional, según diversas versiones de prensa, una cifra mucho menor que los centenares detenidos en las movilizaciones menores que siguieron a los comicios nacionales del 4 de diciembre.

La policía, que normalmente reprime con rapidez y severidad cualquier concentración no autorizada, incluso permitió que unos cuantos centenares de izquierdistas radicales efectuaran una protesta que carecía de permiso en la Plaza de la Revolución en Moscú, en el exterior de la Plaza Roja.

En la ciudad de Vladivostok, en el Pacífico, cientos de manifestantes se reunieron en una avenida costera cerca de donde está atracada la Flota Rusa del Pacífico.

Los inconformes gritaban a coro «¡Putin, piojo!» y algunos sostenían carteles que caricaturizaban el emblema de Rusia Unida con la leyenda «Que se vayan las ratas».

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